Leon Hunter

5 ingredientes extra que enriquecerán tu plan de marketing digital

Ingredientes de un plan de marketing

El plan de marketing digital permite a empresas y emprendedores establecer unos objetivos y una estrategia concreta para conseguirlos. No todo es publicar. 

El artículo de este mes quiere ir un poco más allá del trabajo que realiza habitualmente un traductor o intérprete con la lengua para proporcionar una perspectiva diferente sobre cómo puede poner en valor su trabajo y darse visibilidad para que su actividad siga siendo sostenible. Hoy nos adentraremos en el marketing digital y su importancia para un trabajador autónomo, cuya marca personal lo es todo.

¿Por qué un plan de marketing digital?

El marketing es una de las herramientas más poderosas que tienen tanto una empresa de tamaño mediano o pequeño como un  trabajador autónomo a su alcance para darse a conocer y hacer que su negocio sea sostenible. Sin embargo, la llegada de las redes sociales y su gratuidad ha provocado que muchos caigan en el error de pensar que con tener varios perfiles y publicar con frecuencia lograrán impulsar sus ventas y más seguidores. Sin un plan de marketing digital lo que se publican son mensajes inconexos sin metas concretas.

Para ello, es muy importante —como en todo, diría— contar con profesionales con los que ir de la mano en el trayecto, porque es relevante analizar la usabilidad de la web, generar contenido de valor, crear estrategias de participación que promuevan la interacción y la humanización de la marca, generar campañas de correo electrónico o e-mail marketing, monitorizar y ¡medir! En definitiva, todo un proceso de reflexión que no hay que tomar a la ligera. Precisamente, no hace mucho publiqué un artículo sobre los distintos motivos por los que contratar a un freelance de este campo profesional: «Por qué contratar a un freelance del marketing digital en 2019» con el propósito de poner en valor el trabajo que hacemos los profesionales de este ámbito. Más allá de los intereses que tenga cada uno, considero que la clave del trabajo actual es la colaboración con personas especializadas en distintos campos, que aporten nuevas visiones y formas de hacer.

¿Para qué un plan de marketing digital?

Cada empresa tiene unas necesidades, objetivos y recursos, por lo que la respuesta a esta pregunta dependerá de cada caso. Justamente, la aportación de valor del trabajo de los asesores, consultores o profesionales independientes está en su capacidad para adaptar y personalizar las estrategias.

El motivo por el que resulta fundamental contar con un documento de este tipo es porque nos ayudará a conseguir las metas que nos hemos propuesto con la definición de una estrategia para transitar ese camino. Los objetivos dependerán del tipo de actividad de la que hablemos:

  1. Aumentar nuestra visibilidad en el medio digital.
  2. Incrementar las conversiones, bien sea la suscripción a una newsletter, la compra de un producto o la solicitud de un servicio.
  3. Potenciar nuestra comunidad, es decir, el número de personas que nos siguen o a las que les interesa lo que hacemos.

Como todo, el plan de marketing digital también requiere de un proceso de reflexión, introspección y autoconocimiento. Sin un propósito bien definido será muy difícil llegar a la audiencia y trascender.

¿Qué componentes tiene un plan de marketing digital?

Por lo general, este trabajo suele incluir un estudio en profundidad de distintos aspectos, que permitirán trazar una línea de trabajo alineada con lo que se pretende conseguir:

  1. Análisis de situación actual, tanto interna como externa.
    1. Usabilidad y UX (interno), es decir, tanto la experiencia del usuario como su percepción al utilizar la interfaz del sitio web.
    2. Análisis de competencia, público objetivo y redes sociales (externo). En este caso, se realiza un estudio de los principales competidores, las palabras clave que los posicionan, así como los perfiles sociales del negocio en cuestión y la identificación de las personas que están visitando nuestra web, sus intereses, cómo lo hacen, etc.
  2. Análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades). Aunque pueda sonar a un concepto del siglo pasado, el ejercicio de introspección y autonocimiento sigue siendo crítico para poder avanzar en cualquier estrategia.
  3. Objetivos. ¿Qué es lo que quiero conseguir con el plan de marketing? Dar a conocer mi marca, obtener más seguidores, más ventas, más suscriptores para poder recoger datos y hacer campañas de e-mail marketing. Esta es una cuestión que habrá que trabajar con el cliente.
  4. Plan de acción. Son aquellas estrategias y tácticas que vamos a utilizar para lograr esas metas.
  5. Indicadores y medición. ¿Qué sería del marketing sin datos? Todo plan de marketing requiere concretar los indicadores para cada dato que queramos obtener: número de visitas al blog, tasa de rebote —cuántos abandonan la web por donde han venido—, páginas visitadas, etc.

 

No obstante, además de las partes indispensables que conforman un plan de marketing digital, existen cuestiones adicionales que lo enriquecen. Veamos algunos:

5 ingredientes adicionales que «darán sabor» a tu plan

Creatividad: cada vez más es una capacidad demandada por agencias y empresas. El entorno es tan competitivo que hay que dar varias vueltas a las campañas para atraer al potencial consumidor. En este sentido diría, además, que aquí podemos actuar casi sin límites (respetando los valores de la empresa, por supuesto). Recientemente he conocido una campaña que ha hecho Burger King en Estados Unidos para anunciar que vuelven a tener en sus tiendas unas patatas fritas que sacaron allá en 2009. La estrategia que han seguido los responsables de sus perfiles sociales es un buen ejemplo de creatividad. Durante días concretos próximos a la fecha en que se lanzaron estas patatas por primera vez, se han dedicado a retuitear y dar «likes» a tuits de 20019/2010 a personas influyentes, por ejemplo, el conocido YouTuber Casey Neistat. La revista Complex habla de ello en este artículo «Here’s Why Burger King Was Liking Your Old Tweets», en el que destaca cómo han conseguido generar conversación y notoriedad en las redes sociales, ya que nadie entendía el por qué de traer a la vida tuits de hace 10 años.

Visión global: ser conscientes del contexto en que estamos trabajando el plan puede ayudarnos a afinarlo aún más. Con esto me refiero a la situación del mercado en ese momento, tendencias actuales de compra, comportamientos del consumidor. El neuromarketing ha demostrado en los últimos años que puede ser y, de hecho lo es, un excelente aliado para el marketing digital. Esta capacidad de abrir mirada 360º es algo de lo que he hablado en otras ocasiones, pero resulta fundamental para cualquier posición hoy día. No olvidemos el entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) en que desarrollan su actividad las empresas, así que toda capacidad de previsión y comprensión del entorno será más que bienvenida.

Versatilidad: ser capaz de poder actuar en distintos ámbitos es muy importante cuando se va a trabajar en una estrategia de marketing digital. Esto no implica que haya que ser un experto en todo, pero sí tener conocimientos suficientes para poder buscar la ayuda necesaria e identificar las necesidades. Un experto en marketing digital no tiene por qué tener conocimientos profundos de programación, por ejemplo, pero sí es bueno que sepa identificar las partes más importantes del HTML de una web.

Conocimiento de otras lenguas: relacionado directamente con la versatilidad, saber más idiomas, además de la lengua materna, puede suponer un punto extra cuando se elabora un plan de marketing digital. No olvidemos que operamos en un entorno global, donde los mensajes llegan a todas partes en cuestión de segundos. Ser capaz de leer, identificar y comunicarse con personas de otros lugares, sobre todo si son delegaciones internacionales de una empresa, puede suponer una gran diferencia.

Proactividad: siempre desde los límites que marca el propio cliente, tener iniciativa es crucial para llevar a buen puerto un plan de marketing. En ocasiones, es necesario tomar decisiones de forma casi inmediata  y el peor enemigo para estos casos es la parálisis. No tener miedo a equivocarse diría que supone un valor añadido para cualquier plan de marketing porque implicará que se pueden emprender acciones más arriesgadas, como el caso de Burger King que comentamos anteriormente.

Como conclusión, diría que este documento ha pasado a convertirse en uno de los más estratégicos de las empresas por su carácter público y la imagen de marca que proyectan. No olvidemos que los consumidores, ahora prosumidores, son parte activa de la oferta de productos de una marca o servicio, puesto que son ellos los que deciden qué quieren de esa empresa.

¿Listo para empezar el tuyo?