Leon Hunter

9 cosas a valorar en un encargo de traducción

Cosas a valorar en un encargo de traducción. Foto de un hombre agobiado con múltiples tareas

Cosas a valorar en un encargo de traducción

9 cosas a valorar en un encargo de traducción (que nunca te habían contado)

1.- La solvencia… ¿Pagan o no pagan? 

Es uno de los temas que más araña. Lógicamente, en un ambiente de recelo, también influye la confianza (o no) en el cliente. El coste del dinero (crédito) es muy alto y por parte de algunos intermediarios (como se comenta en el artículo proveedores de traducción) lo que se nos está pidiendo poco más o menos es que financiemos el riesgo comercial. Cosa que no todo el mundo está dispuesto a hacer. Pueden pasar cosas como que el traductor añada uno o dos céntimos más al encargo de traducción (para compensar el coste de aplazar los impuestos, pagar deudas, etc.) o que rechace el encargo.

Sobre esta cuestión en Twitter hicimos dos encuestas: en una de ellas, preguntados concretamente si aceptarían un encargo de traducción de alguien que les debía dinero el 82% dijo que pagaran antes la deuda y había alguna confusión (ver los comentarios) sobre si tras el pago se aceptarían más encargos o no.

Imagen de una encuesta de Twitter

Encuesta Twitter 1 – Pago de deuda antes de aceptar un encargo de traducción

Sin embargo, cuando la pregunta no incluía el problema de deber o no y simplemente era “si no confías en una persona que te ofrece trabajo”, la mayoría de los traductores optaban o bien por rechazar el encargo de traducción (54%) o (un 20%) por no contestar directamente y otro 20% exigiría la firma de un contrato o poner todo por escrito.

En la confianza influyen los pagos, naturalmente. Porque si una de las partes incumple sus obligaciones, genera una desconfianza que es muy difícil de recuperar luego.

Encuesta de Twitter 2 sobre la confianza en los clientes que ofrecen un encargo de traducción

2.- El tipo de cliente

Es importante también esta consideración… Los traductores trabajan más a gusto con gente que les permite trabajar en libertad en un encargo de traducción y sin excesivas injerencias. Lamentablemente también hay muchos casos de profesiones o sectores en los que la traducción tiene mala prensa y, por tanto, se fían poco de nuestro trabajo y realizan muchas críticas.

Por supuesto que hay palabras muy técnicas que los traductores pueden no conocer y que un profesional de un campo X puede discutir, pero la injerencia en el trabajo ajeno también sienta mal.

Puede ser que sea una persona que piense que domina igual de bien las ciencias y las letras (un género de “Leonardo da Vinci” moderno) pero ciertamente hay muchos aspectos muy especializados de la traducción y estaría mejor que cerraran el pico… Sobre todo cuando es sin conocimiento de causa.

Los clientes educados y considerados es más probable que reciban una buena respuesta del traductor y si tienen algún apuro, se puede estudiar una ayudita con el presupuesto del encargo de traducción… Pero si la persona entra ya desde el principio denigrando e insultando, es muy probable que le digan que se vaya a otro sitio.

3.- La pericia del traductor

Traductores más lentos y más rápidos. Es cierto que hay traductores lentos y rápidos. Generalmente los traductores más mayores (de 40, 50…) son más rápidos aunque también es verdad que dominan menos la tecnología. Muchos traductores mayores encuentran que la tecnología para traducir en vez de acelerar, lo que hace es ralentizar, y prefieren trabajar a su aire.

Empezar en traducción es muy difícil y una de las barreras es la velocidad que se está pidiendo y que es de locura incluso para gente que llevamos mucho tiempo. Para un traductor que empieza, hacer un encargo de traducción de 3 mil palabras le puede llevar toda una noche en vela y son muy duros los comienzos.

Por otra parte, la velocidad y lentitud también tienen elementos personales… Depende de muchas cosas. De la velocidad de mecanografiado, del nivel de experiencia y conocimiento de las lenguas, incluso del estado de ánimo, el día que se tenga o del nivel de perfeccionismo de la persona.

Por último, hay dificultades con programas, controles de calidad, controles y hojas administrativas… Que pueden retrasar también la entrega del encargo de traducción.

4.- En conexión con lo anterior… La experiencia con un determinado tipo de encargo de traducción

El traductor se siente muy cómodo cuando le piden traducir a menudo un tipo determinado de documento porque resulta más fácil y más rápido. Por eso los traductores muy expertos en un determinado campo igual ofrecen un presupuesto más ajustado y mejor plazo para un tipología concreta de trabajo pero si, de repente, les pides traducir algo que no tiene nada que ver y que les va a llevar mucho tiempo, darán un presupuesto más caro, peor plazo o ambas cosas.

Estamos en tiempos de hiper-especialización.

5.- Las repeticiones…

Puede ser un factor positivo o negativo: si me pagan menos y hay demasiadas… ¿Me interesa?

Es un factor que puede llevar a muchos traductores a rechazar un encargo de traducción porque si de repente hay 9.000 palabras repetidas y solo pagan 100 es un trabajo de mucho tiempo y muy mal remunerado y por eso a casi nadie le interesará aceptarlo.

6.- El plazo del encargo de traducción

Los plazos exigentes son parte del trabajo pero hay plazos que son simplemente imposibles. Otro factor puede ser que un traductor acabe de hacer algún trabajo en plazo “de locura” y que acto seguido le pidan otra cosa similar o peor. Es probable que lo rechace o que, de aceptarlo, de un presupuesto de traducción con recargo por urgencia o por trabajo en fin de semana (que también vale más). Porque nadie puede trabajar así durante tiempos muy prolongados.

7.- El precio por palabra…

Puede ser un factor pero frecuentemente no es el único ni el más interesante. El precio “nominal” es el de la palabra… ¿Pero cuánto lleva traducir esas palabras? ¿Hay muchas palabras técnicas y listas de palabras sueltas? ¿Van a pagar todas las palabras o hay truco por algún lado? ¿Están bien calculadas las palabras o me están dando gato por liebre?

Por todas estas preguntas y muchas más, las palabras no son un medio tan fiable de realizar los recuentos como lo solían ser y salvo que lo veamos claro, puede que también sea motivo para que un encargo no sea del agrado del traductor.

Lo de arriba en cuanto a traductores y agencias.

¿Pero, y frente al cliente directo? Muchos clientes tampoco ven muy claro lo de las palabras y les gustan más los presupuestos de traducción por trabajo, por encargo, por hojas, por tipos de documentos… Hay muchas formas de presentar la información que son más simples para un cliente que recuentos de palabras.

8.- La combinación de idiomas

Frecuentemente se plantean diferentes precios para diferentes idiomas. Por ejemplo, un traductor bilingüe cobra más por traducir a un idioma inverso que a uno directo pero me planteo… ¿Es realmente bilingüe el traductor si cobra más al idioma extranjero? ¿Por qué la traducción al español vale menos si lleva el mismo tiempo?

Puede ser también por el propio mercado (principio de la oferta y la demanda) pero hay opiniones diferentes sobre este tema. En mi caso, la traducción al castellano o al inglés cuesta lo mismo porque no considero que me esmere menos en una que en la otra y me lleva lo mismo y, por tanto, no veo la razón para cobrar menos al castellano.

9.- El formato

El formato puede ser cosa de mucha guerra… De un tiempo a esta parte en los CAT (programas de traducción) les ha dado por meter todos los formatos en etiquetas y puede ser una cosa de volverse loco. Además por cualquier cosa “la máquina” se vuelve loca y da mucha importancia a minucias… ¡¡Atención!! ¡¡Espacio de más al final de la frase!! Y eso, se supone, es cosa de vida o muerte.

… Acabo de poner un espacio de más detrás de “muerte”… ¿Alguien lo ha notado? J

Otro caso curioso es el del CAT Tool que declara que no pueden ir al principio de una oración números:

9 cosas a valorar en un encargo de traducción >> es incorrecto para el programa y podría tener razón en que quedaría mejor “Nueve” pero el espacio en redes sociales es el que es…

Otro caso más sangrante es el de oraciones como:

ES: “El 80% de los traductores…”

EN: “80% of translators…” y que te digan “incorrect capitalisation”.

¡Vaya bodrio! ¡Arreglen ese programa, por favor!

Cuestiones de formato

Hay mucho que contar sobre los formatos… Todos nos acordamos de algún Excel infernal, de algún PDF convertido infernal… Ahora llegan los de… ¿no te importa si te lo mando en Photoshop y me haces también la maquetación gratis? …

Pues, oiga, es que la maquetación y el diseño gráfico es otra profesión. O, como mínimo, de hacerlo la misma persona, es trabajo aparte y cuesta tiempo y dinero… Para empezar, solamente tener el programa ya vale un buen dinero… Pienso que pueden existir traductores competentes con la maquetación y el diseño. Pero, lógicamente, un maquetador y/o diseñador profesional (que se dedique regularmente a esa labor) lo hará mejor. Por eso no hay razones para confiar siempre en una persona amateur.

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