Leon Hunter

La gestión del cambio, una capacidad innata del traductor

La gestión del cambio, una capacidad innata del traductor

La gestión del cambio, una capacidad innata del traductor

¿Qué es el cambio?

El cambio es un estado natural para el ser humano y una constante en su existencia. Lo que no lo es tanto es la velocidad vertiginosa a la que se produce en la actualidad.

Mucho se habla, y se seguirá hablando, sobre la adaptación constante del profesional a las nuevas formas de trabajo, las nuevas tecnologías, las nuevas disciplinas de conocimiento, en definitiva, de la importancia de ajustarse a la realidad en la que vive. Sin embargo, en los últimos años el ritmo ha alcanzado una celeridad incontenible que ha dejado atrás a muchas personas incapaces de seguir la marcha, bien por voluntad propia o porque no acaban de comprenderlo.

Recursos humanos y gestión del cambio

Recursos humanos, un pilar fundamental en cualquier organización, es la dirección, gerencia o departamento encargado de la gestión del cambio, si bien poco a poco la dirección de comunicación comienza a coliderar este gran reto organizacional. Se encarga de acompañar y empoderar tantos a empleados como a directivos para que comprendan y se alineen con las estrategias corporativas y con las tendencias actuales. Tanto el área de recursos humanos como la de comunicación se constituyen como unas bisagras corporativas imprescindibles.

Capacidades innatas de los traductores

Las personas que trabajan en estos departamentos deben contar con capacidades como la empatía, la flexibilidad, la generosidad, la creatividad y la visión global, todas ellas innatas al traductor, y más aún si cabe al autónomo. Desde siempre, incluso antes de que se hablara de capacidades o fortalezas profesionales y profesionales, los traductores ya disponían de estas habilidades:

  1. Para afrontar un nuevo encargo y hacer un buen trabajo un traductor: escucha activamente al cliente, comprende sus necesidades y EMPATIZA con él. De algún modo, podría decirse que un traductor ejerce muchas veces de coach de su cliente, pues al ser el último de la fila suele ser el objeto del desahogo del pagador. El traductor, con esa información y con delicadeza, ofrecerá lo más conveniente para cada caso.

  2. Se adapta a las directrices, formas de trabajo y redes de comunicación del cliente, en definitiva, es FLEXIBLE. Tan pronto se utiliza un formato de texto, un tipo de letra y un programa concreto, como le envían el documento en papel o pdf borroso y tiene que hacer un ejercicio de descifrado previo. La adaptación es una constante en nuestro trabajo, pero no en los tiempos que corren, sino que ha sido así siempre.

  3. La GENEROSIDAD diría que es una de las cualidades más destacables de un traductor. Tras ofrecer un presupuesto y completar un trabajo, es habitual que el cliente nos pida algunas cuestiones adicionales, que suelen ir a cargo del propio traductor. Esto significa que muchos de los encargos contienen un número de horas por las que el profesional nunca recibe compensación alguna. Según mi opinión, esto podría deberse a esa falta de reconocimiento de nuestro trabajo de la que he hablado en tantas ocasiones.

  4. Más allá de tener que hacer malabares con un texto, los traductores poseemos mucha CREATIVIDAD. Con esto me refiero a la necesidad de tener que sacar lo mejor de nosotros mismos, de reinventarnos y buscar la manera de conseguir lo que nos pide el cliente, aunque muchas veces no sepamos ni por dónde cogerlo. Como todo, tiene su lado bueno, y es que aprendemos mucho por el camino, y malo, pues vivimos y trabajamos con una gran cantidad de estrés y presión.

  5. ¿Qué fin tiene el texto que se va a traducir? ¿Para qué tipo de empresa se va a hacer la traducción? ¿Cuál es la identidad de esa compañía? ¿Qué objetivos persigue? Son algunas de las preguntas que, consciente o inconscientemente, nos hacemos los traductores cuando afrontamos un nuevo encargo. La VISIÓN GLOBAL es clave para poder adaptar el texto a su propósito. Claro, esto no siempre es fácil, puesto que las empresas no siempre están dispuestas a compartir información con el último eslabón de la cadena, pero yo insisto en su importancia. Con una fotografía general del proyecto es más fácil ofrecer un resultado excelente, adaptado y personalizado.

Otras y variopintas habilidades

Este conjunto de habilidades acompañan al traductor allá donde va pero, ¿y qué hay de los traductores autónomos que -además- son coordinadores de proyectos? En estos casos, junto con las actividades propias del puesto, el traductor despliega otras muchas capacidades:

  • Psicólogo;
  • Malabarista y mago;
  • Negociador y pacificador;
  • Informático;
  • Diplomático;
  • Criptógrafo;
  • Telépata.

Los colegas del blog nóvalo, lo cuentan con detalle y cierta gracia. Es adaptación al cambio en estado puro.

Relaciones profesionales y personales

Tampoco querría dejar de centrarme en la importancia que tiene para un traductor autónomo la gestión de las relaciones profesionales y personales. Una vez más, esto supone que debe adaptarse al entorno y a las circunstancias y sacar lo mejor de él. En un mundo tan competitivo este es un requisito ineludible. Cada uno maneja su red de contactos como buenamente puede, sin embargo, hay situaciones desconcertantes que surgen en nuestro día a día y que, en muchas ocasiones, no sabemos cómo abordar.

Es un gusto saber que hay mucha gente trabajando precisamente para que las relaciones que mantengamos sean lo más saludables posibles. Aconsejo, a quienes no lo conozcáis, echar un vistazo a la web del Instituto Relacional y su trabajo tanto en el ámbito corporativo como en el educativo y a la de Solo consultores en cambio y a su modelo de valor total, toda una nueva forma de concebir empresas y relaciones profesionales.

Conclusión

Como habrá detectado el lector, me apasiona el ámbito corporativo y empresarial y es que el mundo de hoy no se puede comprender si una perspectiva global de lo que ocurre en las empresas. Los ciudadanos esperan cada vez más de las compañías, y me remito de nuevo a los últimos datos del barómetro Edelman. Es por esto que mi perspectiva del ámbito de la traducción va siempre íntimamente ligada con el terreno corporativo y la gestión de sus intangibles.

Es cierto que vivimos en un mundo complejo, extremadamente acelerado y duro con las personas, así que será mejor tomarlo como una oportunidad para documentarnos y estar al día con el fin de poder correr en este circuito a la velocidad que nos exige el entorno o, de lo contrario, nos quedaremos atrás.