Leon Hunter

La traducción y la fatiga

fatiga y exceso de trabajo

fatiga y exceso de trabajo

El trabajo intelectual intenso además del exceso de trabajo y el descontrol horario de personas que trabajan por su cuenta puede causar una intensa fatiga o, incluso, problemas más serios a largo plazo.

Síntomas de la fatiga*:

  • Agotamiento extremo
  • Respuesta lenta, movimientos lentos
  • Dolores musculares
  • Boca seca
  • Picores
  • Mareo
  • Visión borrosa

(* Nota: este no es un blog sobre medicina, para ver listas de síntomas y/o diagnósticos, tendría que consultar fuentes fiables o con un profesional de la medicina.)

Parece que es un problema más común de lo que imaginamos, desde el momento que nos encontramos en la portada de Proz.com encuestas que dicen (alegremente): «What’s the longest time you ever stayed awake working on an assignment?» Y los hay que presumen (también alegremente) de 72 horas o más…

Olvidos y despistes

Puede que nosotros mismos no nos demos cuenta de la fatiga y que nos lo hagan saber los demás que notan los síntomas: olvidos, dificultad para concentrarse y una falta de claridad mental. Es posible que la fatiga acabe resultando en un olvido relacionado con el trabajo, y que nos cause un problema con un cliente (incluso uno grave, dependiendo del despiste cometido). Por mucho que uno se quiera exigir a sí mismo, el cuerpo necesita descansar y protestará de diversas maneras si nosotros tratamos de impedirlo.

Microsueños

En las personas que no han dormido existen pequeños periodos de sueño de fracciones de segundo (a veces más). Puede ser que durante uno de esos microsueños que se toma la mente y el cuerpo ocurra algún tipo de despiste u olvido… Es en esos momentos cuando una frase se queda a medias, o una línea sin traducir o cuando cambias un término en una frase y luego te olvidas de cambiar el resto con «buscar y sustuir».

Psicosis

Recuerdo que en una ocasión le comenté a una traductora que a veces cuando me quedaba trabajando toda la noche tenía la sensación de tener algo o alguien detrás observándome (y era una sensación bastante incomóda en la soledad de la noche). «No te preocupes, a mí también me pasa a veces,» dijo. Luego leí en algún artículo online que la privación del sueño lleva a un estado parecido a la psicosis y se comparan los síntomas de la privación (extrema) de sueño con los de la psicosis.

Sobrepeso

Puede que sea este el síntoma (o, más bien, la consecuencia) más preocupante. Hay una relación entre el sobrepeso y la falta de sueño, en muchos estudios (como he dicho, este artículo no es un artículo científico ni médico así que me permito el lujo de no dar ninguna referencia y/o estadística – buscadlo vosotros o preguntad a vuestro médico, a ver qué dice). La gente que trabaja de noche y duerme poco engorda. Puedo confirmarlo porque a mí me ha pasado. He pasado de 82 a 97 kilos en cuestión de seis años y el mes que estuve en Inglaterra (descansando) perdí 5 kilos sin hacer dieta y comiendo en pubs. Dormir adelgaza y no dormir engorda. Porque cuando no duermes o te acuestas tarde, te levantas con ganas de comer mucha comida grasienta y carbohidratos (puede que por eso se inventaran los brunch de los fines de semana).

Gastritis

También planteaban (en un foro de Proz.com) si podría haber una relación entre trabajar como traductor freelance y la gastritis crónica… Algunos pensaban que esta afirmación era exagerada pero no va muy mal encaminada, a mi juicio. Si un traductor trabaja toda la noche y se toma diez expressos al día es probable que acabe con gastritis (aunque en Internet hay muchas webs que afirman que el café es una maravilla y no te causa ningún problema… alguien les pagará los estudios). Como mínimo irrita la mucosa del estómago y empeora enfermedades como el reflujo y el colon irritable. Y puede que también cause gastritis (aunque nos digan que no, que son otros factores – genéticos, el estrés, la alimentación, la obesidad, el helicobacter pylori, etc.).

El café también es bueno… Es una bebida rica, despierta, estimula la inteligencia y la creatividad pero, como todo, hay que saber moderarse. Puede que te interese mirar otras opciones para estimulantes, tomar vitamina B, y alternar el café con otras bebidas como el té, el cacao y el mate (que también son estimulantes).

La solución está clara: hay que dormir las horas que te pida el cuerpo y no forzar la máquina. La noche es para dormir y el día para trabajar. Si no puedes dormir uno o dos días, otra posibilidad es tomar descansos entre trabajo y trabajo.

Por lo visto la gente que hace turnos de noche en hospitales luego disfruta de permisos de uno, dos o varios días para poder regularizar de nuevo el sueño. Y, generalmente, no hacen guardias siempre. Son unos meses al año o épocas determinadas.

Puede que no estés convencido aún y que digas… «Bueno, pero yo no decido cuando me mandan trabajo» o «si no trabajo de noche no me llega para pagar las facturas» o «es para dar servicio a un cliente muy importante» o «pagan más por trabajos urgentes«… Por eso he pensado en otras:

Soluciones

Entre las soluciones que se me ocurren, están las siguientes:

  • Asistir a un curso de organización del tiempo;
  • Aumentar la productividad (con diversas soluciones: aprendiendo a mecanografiar correctamente o aumentando las pulsaciones, aprendiendo atajos del ordenador, dictado, el método Pomodoro…).

Sin embargo, diría que los problemas principales (más que los anteriores) son la negociación de las tarifas y procurar unos ingresos suficientes y estables. La solución tiene mucho más que ver con valorarse y pedir por el propio trabajo lo que vale que con aprender a escribir a máquina con la velocidad de la «secretaria de Hitler». Si trabajas toda la noche con frecuencia y no te llega para vivir algún problema tiene que haber.

Puede que necesites ver más la Cuatro y aprender a hacer un «ajuste de cuentas» o puede que no sepas planificarte los gastos tributarios y necesites mirar a ver qué puedes hacer para pagar menos impuestos o para administrarte mejor los ingresos. Puede que tengas clientes que pagan muy tarde o incluso (aprovechando algún despiste tuyo) no te estén pagando y – de ahí el desfase entre dinero que entra y dinero que sale…

Mudarse a un lugar más económico

Hace poco, en un foro de traductores, se planteaba como solución a la crisis mudarse a un país en desarrollo ya que (generalmente) son más económicos y en los que (generalmente) se pagan menos impuestos… (Sin embargo, vivir en uno de estos países también supone lidiar con la incertidumbre… Puede que te mudes al nuevo mundo cuando todo va bien y luego te venga un «corralito» y te quedes en la ruina en la vejez. En todo hay que sopesar ventajas e inconvenientes).

Los ricos viven en barrios pobres

También dicen que las personas más ricas tienden a vivir en barrios medios y no en barrios de lujo… Vivir en un lugar caro igual no es una opción saludable para un traductor: aunque nos gusta pensar que estamos al mismo nivel que otros profesionales liberales, frecuentemente no lo estamos y nuestros ingresos son más bajos. Parece que en otras profesiones cuesta menos ganar el mismo dinero (o más) y que el cobro es más fácil porque no se trabaja tanto con intermediarios o se piden pagos por adelantado o provisiones de fondos que a nosotros nos cuesta pedir… Así que, nosotros siempre estamos más expuestos a cualquier variación del mercado o de los plazos de pago. Y si vives en un penthouse de Manhattan seguramente no te encuentres en apuros a la hora de pagar el alquiler y no lo disfrutes porque apenas saldrás a la calle.

Por último, como generalmente nos comparamos con nuestros iguales, si vivimos en La Moraleja, San Isidro o en Mayfair siempre nos vamos a sentir mal porque nunca estaremos «a la altura» de lo que nos rodea.

Casarte con un millonario

Es la última opción que se me ocurre (bueno, excepto jugar a la lotería que era otra posibilidad) … Pero que sea antes de meterte a traductor/a autónomo/a y ponerte como una foca traduciendo 🙂

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