Leon Hunter

Latinismos jurídicos: cuándo y cómo usarlos

Latinismos jurídicos: cuándo y cómo usarlos

Latinismos jurídicos: cuándo y cómo usarlos

Si hay un ámbito en el que el latín está muy vivo, ese es, sin duda, el jurídico. El motivo es muy simple: se trata de una «herencia» del derecho romano, en el que hunden sus raíces el derecho actual. En las siguientes líneas vamos a hablar acerca del uso de aforismos latinos, es decir, de aquellas máximas o sentencias que sirven como preceptos en el derecho. Un ejemplo de aforismo latino sería in dubio pro reo, que se traduciría como «en caso de duda, a favor del acusado». Ahora bien, no vamos a limitarnos únicamente a traducir estas expresiones latinas, sino que vamos a explicar cómo y cuándo han de utilizarse algunas de las locuciones más usadas —y, por tanto, en las que más errores se comenten—en el derecho.

De facto / de iure

En muchas ocasiones oímos que algo es una «cuestión de hecho, pero no de derecho». Pues bien, con estas dos expresiones se alude precisamente a esta idea; la locución de facto se utiliza en referencia a que algo es de hecho, pero que no se ajusta a una norma previa. También se utiliza en alusión a los gobiernos; cuando se dice que un gobierno es de facto, se hace referencia a que se ha establecido violando la constitución de un estado —esto ocurre, por ejemplo, con los golpes de estado—.

Por el contrario, la expresión de iure/jure (literalmente, «de derecho») se usa para decir que algo tiene un respaldo jurídico, esto es, que se ha establecido sobre la base de un ordenamiento constitucional.

Dies a quo / Dies ad quem

Estas dos expresiones hacen referencia a los plazos en que puede aplicarse una norma o contrato. Dies a quo podría traducirse como «días desde que» o «días a partir de los cuales», y se utiliza para indicar el momento en el que inicia un plazo. Por su parte, la expresión dies ad quem (literalmente, «día hasta el que») alude a la fecha final de dicho plazo. Un ejemplo podría ser el siguiente:

El artículo citado 41.4 LA establece un plazo de caducidad de la acción de anulación de laudos arbitrales de dos meses, a contar ( dies a quo ) desde la notificación del Laudo a la persona designada en el expediente arbitral, hasta el momento ( dies ad quem ) en que se presente la demanda de anulación ante el Tribunal Superior de Justicia (STSJ M 3911/2017) .

También se utilizan las expresiones terminus a quo («término, limite a partir del cual») y terminus ad quem («límite o término hasta el cual»), y lo mismo aplicado a los jueces. Se puede hablar de juez a quo (iudex a quo), que es aquel contra cuya sentencia se interpone un recurso; el juez ad quem hace referencia, por el contrario, al juez o tribunal ante el que se recurre.

Ex nunc / ex tunc

Ex tunc: literalmente «desde entonces». Hace referencia al tiempo que comprende la aplicación de una norma o contrato. Esto quiere decir que implica retroactividad; o lo que es lo mismo: que tendrá efectos antes de que se dicte la norma jurídica.

Ex nunc («desde ahora») es la locución opuesta, es decir, se utiliza para hacer alusión a que una norma o contrato solo tiene eficacia desde el momento en que se origina, de modo que no habría retroactividad.

Es opinión comúnmente aceptada, tanto por la doctrina científica como por la jurisprudencia, que la resolución contractual produce efectos no desde el momento de la extinción de la relación obligatoria, sino retroactivamente desde su celebración, es decir, no con efectos ex nunc, sino ex tunc, lo que supone volver al estado jurídico preexistente como si el negocio no se hubiera concluido (Sentencia Civil Nº 406/2004, Audiencia Provincial de Granada, Sección 3, Rec 956/2003 de 09 de Junio de 2004).

De visu / de auditu

De visu significa ‘de vista, con los propios ojos’, y se utiliza para hacer referencia a que algo ha sido presenciado por un testigo. Por su parte, la expresión de auditu se emplea para decir que algo ha sido oído, pero no visto. De este modo, puede decirse que hay testimonios de visu y de auditu. Este sería un ejemplo:

Y no cabe duda de que las opiniones de un funcionario de los cuerpos y fuerzas de seguridad es respetable y relevante, pero su exposición en una vista oral, a la que concurre como testigo, a efectos de deponer lo que conoce de visu o bien de auditu es impertinente e inconducente (Sentencia Penal Nº 806/2015, Tribunal Supremo, Sala de lo Penal, Sección 1, Rec 795/2015 de 11 de Diciembre de 2015).

Habeas corpus / habeas data

Por habeas corpus —de la expresión habeas corpus ad subiidciendum, es decir, ‘que tengas tu cuerpo para exponer’— se entiende el derecho de cualquier ciudadano a comparecer ante un juez o tribunal para que este resuelva acerca de la legalidad del arresto. El Diccionario del español jurídico lo define de la siguiente manera: ‘Derecho que entraña un procedimiento legal, rápido y sumario para producir la inmediata puesta a disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente y verificar las condiciones de la detención’.

Por su parte, la locución habeas data se refiere al derecho que cualquier ciudadano tiene en relación con su propia información, ya sea para acceder a ella, eliminarla, corregirla o actualizarla.

In dubio pro… / in dubio contra…

Esta locución es de las más utilizadas, sobre todo por ser muy productiva. Así pues, podemos encontrar esta expresión de diferentes maneras: in dubio pro reo («en caso de duda, a favor del acusado»), in dubio pro operario («ante la duda, a favor del trabajador»), in dubio pro cive («en caso de duda, a favor del ciudadano»), in dubio pro debitore («en caso de duda, a favor del deudor»), in dubio pro contribuyente («en caso de duda, a favor del contribuyente»), etc.

También es posible encontrar la expresión in dubio contra, como en in dubio contra fiscum («en caso de duda, contra el fisco»), in dubio contra proferentem («en caso de duda, contra el proponente») o in dubio contra stipulatorem («en caso de duda, contra el estipulante»).

Estos son algunos de los pares de latinismos más utilizados en el ámbito jurídico. Como se puede observar, en muchos casos la diferencia entre una locución y otra es mínima, pero requiere conocer su significado para no caer en errores. Si, además, se tiene una buena base de latín, no hará falta estudiar el significado de cada expresión.