Leon Hunter

Manual de traducción jurada 5.3. Convenciones comunes: direcciones, nombres, marcas, tildes, etc.

old French street sign where it is written rue Jeanne d'Arc

Seguimos con el capítulo sobre convenciones comunes empleadas en traducción jurada (recordando, eso sí, que no son normas, sino meramente observaciones de lo que se viene haciendo en la práctica, junto con algunas recomendaciones personales de este autor). Comenzamos con la traducción de direcciones al inglés.

¿Las direcciones se traducen?

Mi opinión es que, en la mayoría de los casos, las direcciones no se traducen.

Si pensamos en un membrete de una carta, la dirección no se traduce porque, de poner la dirección en una carta, nunca la traduciríamos. Si mando una carta a una dirección en Alemania pondré la dirección en alemán y no en español, ya que el cartero no entiende español y tampoco se llama la calle así.

Pondré: “Schwartzweg 5, Hamburg 2030” y no “Camino negro 5, Hamburgo”.

Direcciones traducidas al inglés desde otros idiomas

A veces aparecen direcciones en inglés en el caso de países con caracteres no europeos (Corea, China, etc.) y estas las pondremos tal cual vienen en inglés, pudiendo optar por traducir los nombres y direcciones si estimamos que son una traducción del otro idioma y que, de todas maneras, no figurarían así en el idioma original.

Por ejemplo: DAEWOO NOTARY FIRM – RED LOTUS BUILDING [Notaría Daewoo – Edificio Loto Rojo]

Direcciones en forma narrativa

Otras veces, cuando viene el texto de la dirección dentro de otro texto más largo y en forma narrativa: “la testigo dijo que vivía en el número 4 de la Calle Castellana”, sí podríamos optar por traducirlo como “number 4, Castellana Street” sin que hubiera mayor problema, a opción del traductor.

Nombres de personas, marcas, empresas…

Huelga decir que no se traducen nunca. Excepcionalmente y a efectos aclaratorios podremos poner entre corchetes algo indicativo como en el ejemplo que aparece arriba.

Daewoo Notary Firm [Notaría Daewoo].

Marcas

Las marcas comerciales, rótulos, etc. no se traducen nunca.

Freshfields es “Freshfields” y no campos frescos.

Campofrío es “Campofrío” y no Coldfield.

Otra cosa es que ponga “Freshfields Law Firm” y pongamos – a efectos puramente aclaratorios y si estimamos que no queda lo suficientemente claro o que es oportuno entre corchetes una traducción tipo: [Bufete Freshfields].

Nombres de universidades e instituciones académicas

En el caso de las universidades e instituciones académicas la convención es dejar siempre el nombre original de la institución y poner nuestra traducción entre corchetes.

Saint Louis University [Universidad de Saint Louis]

Universidad Complutense de Madrid [Madrid Complutense University]

Si dudamos entre una opción y otra, por ejemplo “Madrid Complutense University” o “Complutense University of Madrid”, podemos consultar la página web de la institución a ver si han acuñado ya una traducción, que en este caso tiende a ser “Madrid Complutense University”.

Sin embargo, en realidad no importa demasiado nuestra traducción siempre que figure el nombre original.

Preguntas habituales sobre la traducción de direcciones al inglés:

¿Hay que poner el nombre original en todos los lugares en los que aparezca junto con la traducción entre corchetes?

En mis traducciones tiendo a dejar el nombre original y la propuesta de traducción en el primer lugar en el que aparece en la página y luego en las demás instancias solo lo pongo en inglés. A veces, lo pongo también en los sellos y en otros lugares, pero no es necesario repetirlo en todos. En los expedientes tiendo a poner el nombre original y traducción entre corchetes de la universidad o institución académica en el membrete al principio de cada página (membrete que se copia y pega en cada página porque es idéntico) y a dejarlo en inglés en el resto de los lugares donde aparezca.

¿Se pueden omitir las direcciones?

En algún caso he visto traducciones juradas donde se omitían datos de la dirección en el membrete de cartas y decían:

[Aparece un membrete con la dirección de la empresa y el número de teléfono]

En mi caso, tiendo a no hacerlo porque me parece un poco “de vagos”, pero es legítima esta anotación y entiendo también que, en casos en los que no se disponga de mucho plazo ni tiempo, puede ser preferible hacer esta anotación antes que poner todos los datos, teniendo en cuenta que tampoco son de vida o muerte y que aparecen ya en el original.

Tildes

Frecuentemente aparecen nombres con tildes en español que sabemos que llevan tilde, por ejemplo, nombres como: “María”, “Pérez”, “Rodríguez”. Incluso nombres de notarías enteras sin tildes.

NOTARIA DE MARIA PEREZ RODRIGUEZ  >> NOTARÍA DE MARÍA PÉREZ RODRÍGUEZ

Tiendo a poner las tildes si estoy absolutamente seguro de que esos nombres llevarían tildes en español aunque no sea necesario… En el caso de los nombres de notarios, por ejemplo, podemos encontrarnos con que aparecen con tilde en minúscula y, por ejemplo, en los sellos o en las instancias en mayúscula, no han puesto las tildes. En ese caso sería a opción del traductor añadirlas o no, aunque – como digo – no es necesario.

Nombres españoles en documentos en inglés

Sobre todo en una traducción al inglés cuando no existen las tildes.

También nos encontramos a menudo certificados procedentes de países de habla inglesa en los que aparecen nombres como “Garzón”, “Usía”, etc. sin tildes y figuran como “Garzon”, “Usia”, etc.

Generalmente no existe problema con poner esas tildes, pero pueden aparecer quejas en el caso de que el nombre no llevara tilde en la documentación original de la persona o que, por las razones que sea, el nombre se escriba sin tilde.

Ejemplo de ello es, por ejemplo, mi nombre: Leon.

En realidad me daría lo mismo que en una traducción jurada pusieran Leon o León. Pero mi nombre “oficial” es Leon sin tilde [pron.: Lii-on y no Lai-on ni Lei-on] y, por ello, en mis títulos académicos, a la hora de solicitar el título, siempre he indicado que no pongan tilde en Leon.

En caso de duda: lo mejor es no ponerlos si no estamos muy seguros.

En el caso de documentos en español (para traducir al inglés) siempre podemos ver si:

– Aparecen los nombres con tildes en un lugar sí y en otro no, por ejemplo: porque hayan considerado (erróneamente) que las mayúsculas no se acentúan.

– Si el nombre original de la empresa lleva tilde en español (por ejemplo, buscando esta información en su página web).

Para documentos en inglés en los que haya nombres en español (que en español normalmente llevarían tilde) y que en inglés se han puesto sin tilde:

Generalmente no pasa nada por añadirlos y no se suelen devolver documentos por eso pero en caso de duda es mejor no ponerlos y dejarlos tal y como aparecen en el original. Sobre todo en el caso de documentos identificativos y oficiales como partidas de nacimiento, pasaportes, certificados de matrimonio… Lo más seguro es que el nombre de esa persona figure en su documentación sin tilde y puede que hasta se haya extranjerizado la pronunciación del nombre.

¿Y si un cliente se queja por una tilde añadida?

No es muy frecuente como digo. Lo habitual sería hacer la modificación que pide sin más. Por ejemplo, si quiere que se ponga “Maria” sin tilde, pues pondremos “Maria”.

Tanto si se trata de un título como de otro documento, lo que hay que aclarar al cliente es que una traducción jurada no tiene el mismo valor que un título original y que no sirve para colgarlo en ningún sitio sino que es un documento solo para realizar un trámite concreto. La traducción jurada es una ayuda, aclaración e información para la persona que recibe ese documento (por ejemplo: el título original en español) y que no conoce ese idioma y, por ello, necesita disponer de una traducción completa del contenido del documento.

La traducción jurada no es una pieza de museo

Lo que no es la traducción jurada: un documento con el mismo valor que un original (por ejemplo, un título universitario) para colgarlo en una pared o guardarlo como pieza de museo.

Este fue el caso, por ejemplo, de una directora de una academia que nos insistió hasta que le enviáramos la traducción hasta en 3 ocasiones, con un coste que superaba el de la propia traducción en más del doble (y tampoco pagó nunca la traducción) porque había «arrugas» y «no es como los títulos de Cambridge».

El error está en comparar una traducción jurada con un título de Cambridge, porque no es lo mismo y la traducción jurada con arrugas o sin ellas vale también para hacer el procedimiento administrativo correspondiente.

Presentación profesional

Dicho lo anterior: a todos los jurados les recomendaría tomar las mayores precauciones posibles para que su trabajo llegue en condiciones al cliente y no surjan quejas como el de las arrugas que nada tienen que ver con nuestro trabajo ni profesionalidad.

Yo uso unas carpetas para asegurarme de que lleguen lo mejor posible las traducciones al cliente, aunque con arrugas o sin ellas, tienen la misma validez.

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Aunque nadie lo exige, frecuentemente los clientes se dejan impresionar por detalles como las carpetas, el tipo de papel, etc. No es necesario ni es requisito imprescindible de la traducción jurada pero sí que es cierto que a los clientes les gustan este tipo de detalles.

PRÓXIMO CAPÍTULO: CONVENCIONES COMUNES (5.4). CONTENIDO EN EL IDIOMA DE DESTINO Y EN OTROS IDIOMAS.

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