Leon Hunter

¿Por qué los precios para clientes directos deben ser más altos que los precios para agencias?

Es una cuestión que se puede plantear mucha gente en traducción y no está de más recordar algunos motivos (porque por poco que me ponga a pensar, se me ocurren muchísimos).

En primer lugar, vaya por delante que no pienso que las tarifas de agencias tengan que ser bajas para nada, pero sí es habitual que sea un poco más baja la tarifa ofrecida a la agencia que la de un cliente directo.

Motivos más comunes:

* Regularidad de los encargos – flujo de trabajo constante (a veces diario): porque ya existe una relación como proveedor con esa empresa.

* Regularidad en los pagos: porque se paga a X plazo todos los meses o cada dos meses (no apunto otra posibilidad porque, en lo que a mí respecta no existe otro plazo más largo que el de 60 días y, en caso de existir, pues muy mal…).

* Simplificación de la gestión de la traducción: gestión de traducciones más cómoda con CAT, conversión de archivos a formatos traducibles, revisiones y evaluaciones realizadas por la agencia, etc.

* Simplificación de la gestión de presupuestos / facturas:

PRESUPUESTO: con los clientes directos hay que mandar un presupuesto para cada trabajo y que te lo aprueban y te lo manden sellado y firmado, etc.

FACTURACIONES DEL INFIERNO: Muchas veces los sistemas de facturación (sobre todo en grandes empresas) suponen una ardua tarea de gestión para la que es necesario tener una persona en administración y no es muy rentable para un freelance estar mandando certificados de contratistas y cobrando por confirming a 120 días…

En general, también es cierto que la factura de una agencia (por lo menos para las que se trabaja con más frecuencia) es una sola factura a fin de mes y no hay que estar indagando a quién hay que mandarla o cuántos cuestionarios de proveedor hay que rellenar, etc.

Motivos secundarios (aunque también a veces importantes):

* Amistades / relaciones: porque la PM es amiga tuya o compañera de clase, la directora es amiga tuya, etc.

* Tipo de trabajo y flexibilidad: porque al ser un cliente que maneja muchas traducciones pueden enviarte solo las de tu especialidad, unas las puedes aceptar y otras no, etc.

* Plazos: porque como traductores autónomos o incluso como equipo de traductores (como yo cuando tenía un equipo contratado) no podemos asumir muchas veces los plazos que nos quieren dar. Hace poco una chica preguntaba que cuál era la «faster rate» y le habíamos dicho que traducíamos 50.000 palabras en 10 días… Simplemente no existe «faster rate» que eso. Una agencia está mejor posicionada para poder ofrecer plazos urgentes de grandes volúmenes que un traductor freelance o equipo de traductores, es evidente, aunque incluso para una agencia pueden surgir problemas de calidad cuando se aprieta demasiado la máquina porque no se revisa lo suficiente o porque se divide entre demasiada gente y la calidad resultante no es buena. Precisamente la chica del «faster rate» decía «hemos tenido una mala experiencia con un traductor de español«… Y (me) dije: «Pues hija, no me extraña con los plazos que das…«.

Y ahora vamos con los motivos por los que hay que cobrar más caro a los directos… En eso tengo bastante experiencia ya que me he dado unos cuantos batacazos muy dolorosos.

Tiempo de gestión:

Porque hay que mandarles presupuesto y, si tienes muchos, tienes que contratar a alguien para que te lo lleve. En cualquier caso, tengas muchos o pocos como mínimo tendrás que hacerles el recuento y enviarles un Word / PDF, etc. «presupuesto formal» por correo electrónico o, a veces, por fax. Es conveniente pedir que firmen el presupuesto para confirmar que lo aceptan y tener esa prueba por si surgen problemas luego…

También están las gestiones que hay que realizar para la facturación entre las que se incluyen: rellenar formularios de proveedores, enviar justificantes de pago de Hacienda (contratistas y subcontratistas), de la Seguridad Social, incluso una carta «firmada y sellada por el banco» para confirmar los datos de la cuenta. Y ahí no paran los problemas porque se inventan mil cosas: actas de aceptación, números de proveedor y de aceptación del encargo (que siempre faltan o no los tienen quien los tiene que tener), pagos por confirming…

Riesgo de impago:

Esta también es una razón muy importante y es que al prestar un servicio de modo directo el riesgo de impago lo asumes tú como empresario traductor. Si trabajas para una agencia el impago del cliente lo deben asumir ellos (tú nunca), si se produce y no es debido, por ejemplo, a una queja de calidad justificada y presentada en plazo (no un año después). Sin embargo, mi experiencia es que muy frecuentemente los clientes que no piensan pagar no se quejan de nada de calidad e incluso mandan un email de «muchas gracias, recibido» y luego desaparecen y dan largas.

El riesgo de impago es algo muy a tener en cuenta siempre y cada vez que entro en mi sistema de facturación en pantalla me aparecen todas las facturas de gente de la que «nunca más se supo». Casi todos pasaron también por una empresa de recobros que nos llevó la gestión, rescató algunos impagos pero todos no pudieron y, al ser importes bajos, no tienen mucho interés en ir a un monitorio y tratan de evitarlo y darte mil excusas para no hacerlo.

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En muchos casos, al ser traducciones juradas, el impago no solo supone una pérdida de tiempo por la traducción hecha sino una pérdida real porque has pagado a los traductores (subcontratados o en plantilla, como los tenía yo con su Seguridad Social, I.R.P.F., etc. y sin poder cobrar la factura)… Y añade también el gasto de mensajería (frecuentemente urgente) si son traducciones juradas…

En definitiva, eso es uno de los aspectos que más me han amargado de la crisis. Los impagos, los retrasos en el pago y los gastos bancarios, que son también altísimos para las PYMES. Y cada vez que entro en el sistema de gestión de facturas, me acuerdo del dolor que es…

Estudio de caso: EMPRESA DE INGENIERÍA

Esta es una empresa que está en la lista de impagados. Nos «tiramos el rollo» y les hicimos algunas traducciones por poco precio, incluso sin cobrar mínimos porque eran textos cortos para su web. Había facturas que eran de 20 euros + IVA, etc.

Posteriormente la empresa quebró o algo pasó y se integró en otro grupo más grande.

El caso de las facturas de esta empresa fue un dolor imposible de imaginar…

Entre las gestiones que se hicieron:

* Primero hicimos todo el alta de proveedores con la primera empresa (P).

* En segundo lugar hubo que rellenar un segundo cuestionario extensísimo para la integración en el Grupo I en el que nos pedían, entre otros datos relevantes para un proveedor de traducción, las medidas de protección medioambiental que tomaba la empresa o si hacíamos auditorías… Y todo esto para cobrar unas facturas de 20, de 30 y de 80 euros.

* Posteriormente pasaron todas por una empresa de recobros porque no las pagaban.

* Luego ya pagaron algunas poco a poco: primero mandando un cerro de papeles de confirming del Banco de Sabadell y posteriormente de la Caja de Navarra porque cambiaron de banco de confirming y mandaron todo el cerro de papeles dos veces.

* Luego me ofrecieron una traducción de I (el grupo en el que se integró P) y les dije que ni de coña y me quisieron ofrecer alguna tarifa ridícula de 5 céntimos por palabra o algo por el estilo. Les dije que como P no me pagaba y todavía me debe una factura de 80 euros (que he dejado de reclamar por hastío y cansancio) que no iba a hacer nada, que se fueran a tomar vientos y que sus cuentas anuales se las tradujera SU MADRE (si todavía la tenían) (en pocas palabras).

Si ahora hago alguna será porque la hayan subcontratado con alguna agencia pero directamente no asumiría jamás ese riesgo otra vez y máxime cuando las tarifas que ofrecen en muchos casos ni superan lo que te ofrece una agencia o incluso son más bajas de lo que daría una agencia.

Ya digo que clientes grandes e importantes hemos tenido unos cuantos:

* Dos de telecomunicaciones importantes

* Una eléctrica

* Una petrolera

* Un despacho de arquitectos famosos e internacionalmente reconocidos (pero que no pagan…)

* Un despacho de abogados pijísimos y muy guays (pero que tampoco pagan)

* Un grupo informático importante al que los propios trabajadores definían como «empresa salchichera» en foros de Internet y que tampoco te cogen el teléfono ni pagan en plazo

* Etc.

Entonces, finalmente, la CONCLUSIÓN a la que he llegado es que esta gente debe ir a agencias porque tienen que pagar más dinero:

* Por el coñazo que dan con todo el papeleo para cobrar

* Por los retrasos considerables en el pago

* Por el riesgo de impago y la monitorización constante que hay que hacer (porque como te descuides no te pagan o se les olvida o se pierde en alguna parte del monstruo).

Y finalmente es una pena porque estos grupos sí que se podrían ahorrar dinero en traducciones yendo a gente más pequeña pero la gente más pequeña nos encontramos con que abusan bastante de nosotros y no podemos con estos monstruos. Además, hay que destacar que ni por plazos, ni por trato ni por nada de nada te interesa trabajar con un monstruo si no eres otro monstruo con el que puedan estar «a la par».

CONSEJOS PARA ESTABLECER TARIFAS:

Mis recomendaciones son:

Precios para clientes directos: establecer la tarifa de traducción (si el trabajo lo vas a hacer tú misma) como mínimo un 30 % por encima de la tarifa que cobres (nominal) a agencias. La tarifa es por palabra y se cobran todas las palabras y todos los números (lo que marque el contador de palabras correspondiente normalmente).

Si vas a subcontratar establecería la tarifa como mínimo un 40 % por encima porque es meterte en un follón importante, tanto de gestión como de gastos de transferencia, gastos por adelantar dinero, gastos de retenciones de impuestos, gestoría, facturas, dolores de cabeza por problemas con proveedores, etc.

En cuanto a las tarifas publicadas (en perfiles, en la página web, etc.) muchas veces veo webs de traductores que más bien deben de trabajar para agencias y ponen tarifas para agencias en sus páginas, incluso tarifas para agencias de pacotilla porque ponen unos precios de miseria… Me parece bien pero… ¿Y si llega a tu página una agencia japonesa, holandesa o sueca que paga habitualmente 12 o 15 céntimos la palabra? ¿Y si lo ve un cliente directo y resulta que les estabas cobrando más de lo publicado?

Mi consejo por tanto es poner las tarifas más altas que tengas o bien poner las regulares para clientes directos (ya habrá posibilidad de bajar luego) y, si te asusta ponerlas por algo, siempre puedes decir algo así como «rates for agencies available upon request» o «if you are an agency, please contact me to find out more about my agency rates«.

Y por supuesto, actualiza todos los perfiles con las tarifas últimas que tengas… A veces te encuentras alguno que no te deja subirlas y, en ese caso, es mejor ocultarlas y poner «available on / upon request» para que no te acaben ofreciendo algo por debajo de lo que consideras aceptable.