Leon Hunter

Traductores autónomos por el mundo: POLONIA – Aleksander (Olek) Szojda

Aleksander (Olek) Szojda

Aleksander (Olek) Szojda

Seguimos con nuestra serie sobre traductores autónomos por el mundo con el caso de este joven intérprete de conferencias (polaco-inglés-español) y traductor-intérprete jurado de inglésAleksander Olek Szojda se licenció en TeI en la Universidad de Granada y se crió en Polonia.

Aleksander es el único traductor-intérprete jurado de inglés nombrado por el MAEC en Varsovia, y uno de los dos que existen en toda Polonia. Actualmente, trabaja de freelance para dos agencias de traducción y también para varias agencias de intérpretes.

Pasamos, pues, al pequeño cuestionario que le remitimos a Aleksander para conocer más sobre las condiciones de trabajo en traducción en Polonia que, para nuestra sorpresa mayúscula, es un país donde es posible pagar muchos menos impuestos que en España…

olek polish interpreter

(Autora: Joanna Bukowska)

¿Cómo está vista la profesión de traductor en el país? ¿Está bien remunerada?

Esta es una de las preguntas “difíciles”… He aquí dos puntos de vista, ya que últimamente he hablado bastante con unos compañeros mayores, sobre todo por LinkedIn pero también a través de la Asociación de Traductores e Intérpretes Polacos (Stowarzyszenie Tłumaczy Polskich, STP). Este es el primer punto de vista: duele el intrusismo laboral, sobre todo por parte de los estudiantes de filología, y la “política del precio todavía más bajo” por parte de las agencias. En Polonia los salarios en general ya son bastante bajos, respecto al resto de la UE (salario medio en el sector de empresas: 940 € a mayo de 2014). No es nada raro que las agencias de traducción paguen 5 € por 1.500 caracteres. Y tampoco se salvan los jurados; es una paradoja: de lo que más se quejan los intérpretes jurados son los mismos juzgados. Según la normativa que rige la profesión de traductor-intérprete jurado en Polonia, uno tiene que comparecer obligatoriamente si lo ha convocado el tribunal, o tiene que hacer la traducción que éste le encargue, a no ser que esté enfermo, etc. Sin embargo, los juzgados tardan meses en efectuar los pagos. Se han dado casos de un traductor esperando la transferencia de unos 20 € que tardó tres meses desde la conclusión del juicio (y no desde la fecha de efectuar dicha traducción). Esa es la realidad cruda; no obstante, el público no experto a veces los ve raros a los t-i que no sean jurados, como si no fueran profesionales “de verdad”.

En todo caso, creo que se nos trata con mucho respeto, y normalmente la gente piensa que cobramos mucho más de lo que realmente ocurre. Y es verdad que tampoco se cobra mal. Acabé la carrera hace un año y por ahora estoy económicamente independiente: y eso al estar mi actividad profesional “en vías de desarrollo”, sin tener muchos clientes directos ni encargos de valor particularmente alto. Ahora sí, un traductor en Polonia no cobra mal, pero dentro del mercado nacional, donde en términos generales se cobra poco. Así que me veo bastante limitado en comparación con los compañeros de la zona euro, por ejemplo en términos de movilidad.

Ahora, ser intérprete de conferencias es otra historia. Normalmente, cuando se lo explico a alguien que acabo de conocer, la reacción suele ser más o menos así: ¿es lo de auriculares y micrófono? Jolííín, ¿pero eso es como un superpoder no? Pero no solo por eso. Un buen intérprete de conferencias en Polonia cobra muy bien, al menos comparándolo con lo que cobra un traductor. El problema es que para interpretación tenemos el mercado muy chico. Y para todo lo que no sea interpretación de inglés o alemán, va de chico a microscópico. Ni hablar de intérpretes de plantilla: el 99 % somos freelance. Esa es otra paradoja: ser intérprete de conferencia es visto como un superpoder, pero si unos empresarios se reúnen con sus homólogos extranjeros, pocas veces se les ocurre que quizá los estudiantes de filología del cuarto no son los mejores candidatos como para interpretar durante dicha reunión, aunque sean los más baratos…

 

¿Y los trabajadores freelance? ¿Pagan muchos o pocos impuestos?

Eso depende muchísimo de la forma de trabajo freelance que uno escoja. Hemos aquí dos opciones básicas: te montas una empresa unipersonal, o sea te haces autónomo; o no te la montas, y facilitas tus servicios dentro de lo que el derecho polaco denomina “actividad personal”. En el primer caso, pagas mucho: el IVA, la seguridad social, la seguridad médica obligatoria, el impuesto anual… Eso pesa. Pero también te permite deducir del impuesto muchos gastos relacionados con el ejercicio de la profesión, es decir internet, teléfono, etc.

En el segundo caso (que es el mío), sin embargo, no pagas nada de lo anterior. O, mejor dicho, no estás obligado a pagar nada. Con cada cliente firmas un contrato de obra por separado y –ojo– es el cliente quien tiene que pagar el impuesto pertinente a la Hacienda, una vez realizado el contrato; suelen ser 18 % del valor del contrato. Trabajando de este modo, los traductores e intérpretes (igual que los artistas, periodistas, escritores, y todos los demás que ceden sus derechos de autor al tercero) disfrutamos del privilegio llamado “el gasto propio”, que en nuestro caso son 50 %. Eso significa que dicho impuesto de 18 %, que percibe la Hacienda por un determinado contrato, se deduce del 50 % del valor de la obra, y no de su totalidad. Por ejemplo, si he cobrado 100 € por una traducción, no pago 18 € de impuesto, sino 9 €: ya que primero le quito 50 % al valor de la obra en concepto de gastos propios, y luego los 18 % del impuesto se deduce de los restantes 50 €.

Así se pagan muy pocos impuestos. Pero al no ser autónomo y no pagar todo lo anteriormente mencionado, no tienes ni seguridad social ni acceso al sistema de salud pública. Sin embargo, se puede pagar tanto la SS como la salud de forma voluntaria, y entonces sí tener estos servicios asegurados. De hecho, hay traductores e intérpretes profesionales de toda la vida que siempre se han negado a hacerse autónomos. Y les va muy bien.

 

¿Qué aspectos piensas que podrían mejorar?

Lo que he dicho antes, la remuneración seguro que podría mejorar, y mucho. Pero tampoco es el problema propio de nuestra profesión; es más bien el problema de la economía nacional. Seguramente se podría agilizar los trámites, para los que desean montarse una empresa o hacerse autónomos, que eso por ahora es un desastre. Y si ya hemos sacado el tema de las empresas, pues la carga de impuestos empresariales es un factor que inhibe el desarrollo de la iniciativa. A mí, por ejemplo, me encantaría montarme una empresa de traducción e interpretación, por el mero hecho de que es cada vez más frecuente que me lleguen demasiados encargos; los rechazo tan solo por no ser físicamente capaz de llevarlos a cabo, mientras que las obligaciones contractuales con las agencias me prohíben ceder este trabajo a terceros. Al tener una empresa tendría más libertad. Sin embargo, el valor y la carga de trabajos que me llegan son insuficientes como para poder pagar todos los gastos que implica el funcionamiento de una empresa o un autónomo, además de tener fondos para pagar el piso y la comida.

Luego, en plan “deseo”… me encantaría si hubiera más variedad de actividad multilingüe en mi país, y que sean más relevantes las asociaciones profesionales. Los intérpretes no tenemos nuestra propia asociación, tal como existe en España; la única opción es la nacional de traductores e intérpretes. Son muy buena gente y profesionales magníficos, pero su capacidad de actuar ante las autoridades es muy limitada. ¿Ese privilegio de 50 % del gasto deducido? Es lo primero que nos quitarán, a la hora de aplicar cualquier medida de austeridad nueva.

CONTACTO:

Correo electrónico: contact [at] olekszojda.com

LinkedIn

Twitter

Página web (en construcción)

Traductor jurado Madrid, Leon Hunter SL. Solicita presupuesto sin compromiso aquí