Leon Hunter

Nueva generación de traductores: entrevista a Juan Antonio Castán

Juan Antonio Castán

Juan Antonio Castán

CVphoto2010

No todos los primerizos de la profesión tienen veintitantos, y hay personas como Gloria Fiorani, en una de nuestras pasadas entrevistas, o Juan Antonio Castán, en la que nos ocupa, que se atrevieron a desafiar la regla social no escrita que ve con malos ojos estudiar e intentar dedicarse a ello a partir de la treintena. Aunque Juan Antonio estudió Filología, carrera no muy alejada de TeI, siempre genera dudas embarcarse en esta aventura a cierta edad, por lo que en este «confesionario» nos cuenta las dificultades que implica esta decisión, que por suerte ha ido superándolas.

¿Por qué decidiste estudiar la carrera tan relativamente tarde?

Cuando acabé el bachillerato en 1992, tenía claro que quería estudiar algo relacionado con los idiomas, había estado estudiando idiomas desde los 6 años, me gustaban mucho y se me daban relativamente bien. Ya entonces, mi primera opción de carrera era estudiar Traducción aunque no sabía nada concreto del oficio de traductor, aunque ya había hecho mis pinitos traduciendo algún cuento y ayudando a mi padre con textos técnicos de envases metálicos. En esa época había aún no existían muchas facultades de Traducción en España, yo solo conocía Barcelona, Granada y Palma de Mallorca. No podía costearme entonces salir a estudiar a esas ciudades, así que decidí estudiar lo más parecido que tenía disponible en Zaragoza: Filología Inglesa.

Esos primeros años universitarios fueron muy interesantes e intensos, muy divertidos y los compaginé con mi servicio sustitutorio (obligatorio entonces) al servicio militar. El caso es que estuve 3 años en la facultad pero decidí abandonar la carrera porque tenía atragantada la asignatura de Lengua Española (concretamente Fonética y Fonología españolas).

Comencé a trabajar en diversos empleos en fábricas y luego me formé como cocinero. Estuve viajando y trabajando en restaurantes por Inglaterra, Irlanda y España durante varios años, hasta que cansado de las condiciones precarias y esclavistas de la hostelería en España decidí volver a estudiar lo que siempre había soñado. Me presenté a las pruebas de acceso a la facultad de Soria (mi querida alma mater) era la más cercana a Zaragoza en kilómetros, y pude comenzar a estudiar allí. Volver a estudiar con 28 años era todo un desafío: se pierde la costumbre de estudiar, pero esta es una carrera muy práctica, afortunadamente.

¿Te sientes en desventaja por no ser tan joven como la media de los que llevan poco tiempo en el mercado?

Pues, en un principio, sí que tenía esa impresión y la sigo teniendo, aunque ahora lo veo con otra perspectiva. Es verdad que ser un recién licenciado con 33 años no es muy ventajoso. Mientras mis compañeros realizaban cursos de máster, postgrados, doctorados u otras titulaciones, yo pensé que no podía alargar mi época de estudiante, así que me sigo formando pero más autónomamente.

A la hora de conseguir unas prácticas en agencias, creo que la edad no era un punto a mi favor, tampoco, supongo que las empresas desean un titulado en prácticas joven y fácil de moldear. Finalmente pude conseguir unas prácticas en una agencia pero solo gracias a la mediación de mi estimado profesor de Soria, Manuel Ramiro.

Iniciar, entonces, una carrera profesional con una “edad” y al comienzo de esta crisis atroz ha sido bastante duro y desalentador pero, al final, parece que me voy haciendo un hueco en el mundo profesional.

Por otro lado, yo disponía de mucha experiencia laboral, capacidad de esfuerzo y conocimientos de otros campos profesionales y, además, contaba, creo, con la madurez y determinación para no cejar en mi empeño de seguir intentando ser “traductor”. La mayoría de mis compañeros de facultad no trabajan en el campo de la traducción.

¿Cómo ves el presente y el futuro de la profesión? ¿Cuáles son tus expectativas? ¿Eres optimista?

Pues, a pesar de todo, soy optimista. El presente y el futuro del traductor tienen que pasar por tener un gran conocimiento de las herramientas de traducción asistida y automática y de otras utilidades informáticas, así como saber trabajar en red, en proyectos de traducción colaborativos; debemos estar conectados con las necesidades de la sociedad y ser flexibles en cuanto a nuestras retribuciones, recibiendo siempre una remuneración digna.

Estar al día de los avances tecnológicos de las herramientas ofimáticas y de traducción, así como de los nuevos programas y aplicaciones informáticas es una tarea ingente y continua pero es algo que no podemos dejar de hacer. Algo que creo que es cada vez es más evidente es que necesariamente nos vamos a convertir en operadores de postedición de traducción automática, a no ser románticamente queramos seguir siendo traductores analógicos. Esto no tiene porque restar dignidad a la profesión, sino convertirla en una profesión altamente tecnológica, como tantas otras, y que no perderá “nunca” su factor humano, a no ser que se cumplan las profecías de inteligencia artificial más futuristas.

Cada día avanza más la traducción automática y la automatización del proceso de traducción, pero creo que en el futuro crecerá exponencialmente la cantidad de material que se traduzca en múltiples idiomas (confiando en que los idiomas mayoritarios no hagan extinguirse a los otros) y eso compensará el aumento de traductores y de eficacia de las herramientas informáticas.

Pienso que el volumen de obras y artículos científico-técnicos, literarios, de divulgación, espirituales… de todos los ámbitos y disciplinas que precisan de traducción a múltiples lenguas es descomunal. Necesitamos entonces nuevas formas de financiar esas traducciones. Creo que en el entorno de una economía social, cooperativa (con financiación colectiva, por ejemplo) y colaborativa enfocada al bien común se podrá llegar a traducir lo que la sociedad necesite, o, al menos, ese es mi sueño.

¿Cuáles son tus blogs y perfiles (Facebook, Twitter, etc.) de traducción favoritos?

En Twitter tengo cuenta pero no me prodigo mucho, pero en Facebook sigo a muchos traductores y agencias de traducción, entre ellos: Xosé Castro, Leon Hunter, “Sustainable Translations” (Morgane Böedec), Traduquil Aselfast, Maya Hess y Laura Junquera. En Scoopit sigo, por ejemplo, a Ester Guiteras. En cuanto a blogs: “Algo más que traducir”, “No peanuts”, “El traductor en la sombra” por nombrar solo algunos.

Puedes seguir a Juan Antonio Castán aquí:

LinkedIn

Scoop.it

Twitter 

Traducciones juradas Madrid, Leon Hunter SL. Solicita presupuesto sin compromiso aquí