Leon Hunter

Traductores, intérpretes y correctores: buenos guardianes de los intangibles corporativos

La traducción, la interpretación y la corrección de textos contribuyen a la actividad empresarial de manera global, por lo que las preocupaciones de las empresas son también las de los profesionales de la lengua. En 2018, estas inquietudes en muchas ocasiones se centran en los intangibles corporativos.

La traducción, la interpretación y la corrección de textos contribuyen a la actividad empresarial de manera global, por lo que las preocupaciones de las empresas son también las de los profesionales de la lengua. En 2018, estas inquietudes en muchas ocasiones se centran en los intangibles corporativos.

La traducción, la interpretación y la corrección de textos contribuyen a la actividad empresarial de manera global, por lo que las preocupaciones de las empresas son también las de los profesionales de la lengua. En 2018, estas inquietudes en muchas ocasiones se centran en los intangibles corporativos.

Pero ¿a qué se refiere exactamente el término «intangible» en el ámbito empresarial? Generalmente alude a los activos de una organización que carecen de materialidad como: la reputación, la comunicación, la marca, la gestión de asuntos públicos, la responsabilidad social corporativa y la gestión del conocimiento.

Para que el lector pueda hacerse una idea de la importancia que ha cobrado su gestión, según el último informe del Global Intangible Financial Tracker (GIFT), que analiza anualmente cómo fluctúa el valor de los activos intangibles en los mercados bursátiles de todo el mundo, el 80 % del valor de las compañías reside en ellos. Por este motivo, la gestión de los intangibles se ha convertido en uno de los mayores retos de las empresas*.

¿Y qué tienen que ver la traducción, la interpretación o la corrección con todo esto? Por suerte para todos los que estamos inmersos en estos ámbitos MUCHO.

Vivimos en una sociedad en la que imperan el cambio constante y la inmediatez como consecuencia de los avances tecnológicos y la hiperconectividad. La tecnología ya no es una herramienta más, sino que se ha convertido en una extensión del ser humano. En este contexto, el consumidor ha dejado de ser lo que hasta ahora conocíamos para pasar a ser protagonista de la marca: un prosumidor= productor + consumidor. En tanto en cuanto un profesional de la lengua trabaja por y para su cliente, en muchos casos una empresa, este se convierte en uno de los principales guardianes de sus activos intangibles. Veamos algunos ejemplos que lo explican:

  1. Contribuye a construir una buena reputación de la marca. El buen o mal trabajo de un traductor, intérprete o corrector tendrá una repercusión directa en cómo se percibe a esa marca. El consumidor/ prosumidor recibirá mensajes limpios, cuidados y adaptados gracias a la labor del profesional de la lengua. Además, el traductor o corrector, en el caso de los textos escritos, tendrá en cuenta el propósito, la misión y la visión de su cliente a la hora de trasladar un mensaje de una lengua a otra. De esta manera, el impacto del mensaje en la marca logrará ser igual que en la lengua en la que se creó. Un ejemplo de falta de reconocimiento de la labor del traductor y, como consecuencia, de una crisis reputacional es el conocido caso del Ayuntamiento de Santander cuando presentó el pasado mes de enero la nueva web turística de la ciudad en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR) repleta de errores.
  2. Es parte fundamental en el desarrollo de la comunicación corporativa. ¿Qué sería de los trabajadores ubicados en las distintas sedes mundiales de una empresa sin la adaptación de los mensajes a su lengua y cultura locales? Probablemente, su compromiso con la organización sería mucho menor, puesto que no se sentirían parte de ella, además de un grave problema en la compresión de los mensajes. La comunicación y la traducción tienden puentes y rompen barreras lingüísticas.
  3. Facilita la construcción de agendas compartidas entre el ámbito público y el sector privado (gestión de asuntos públicos), clave para afrontar con éxito los grandes retos globales. En definitiva, contribuyen a la gestión y evasión del riesgo. ¿Cómo lo hacen? Bien sea mediante traducciones de documentos estratégicos, participación en reuniones diplomáticas, revisión y adaptación de textos para encuentros, publicaciones, etc. Adaptan el lenguaje en función del contexto y evitan malentendidos.
  4. Favorece la transparencia y la consolidación de la responsabilidad social corporativa (RSC) como parte integrada en las organizaciones. El hecho de que se traduzcan los marcos reguladores, que permiten a las organizaciones reportar sobre su actividad, posibilita la evaluación de las empresas y, por tanto, que exista una mayor transparencia en esta materia. Cuanto más la transparencia, mayor será la confianza pública que la compañía genera.
  5. Mucho se habla del big data. Si bien es cierto que todavía se sigue reflexionando y hablando en foros de debate sobre qué significa y qué hacer con ello, está claro que la gestión del conocimiento será crucial para la sostenibilidad de las organizaciones. Como señala Peter Drucker en su obra Managing for the Future. The 1990s and Beyond: «El conocimiento ha devenido en el recurso económico clave y en la fuente dominante de la ventaja comparativa». Desde el punto de vista lingüístico, el traductor tiene una doble función: como generador de información y como gestor de contenido. La empresa actual requiere de traductores con un perfil emprendedor, interno o externo, que genere valor agregado cuando trabaje con datos en una lengua de partida y los traslade a una de llegada, pero también que gestione la información que recibe.

 

Estos son algunos ejemplos del impacto que tenemos los traductores, intérpretes y, añado, los correctores en la actividad empresarial. No somos meros transformadores de palabras, sino que hacemos magia con el lenguaje, le damos sentido, lo adaptamos. No olvidemos la magnífica labor que hacen cada día los traductores especializados en localización: adaptan un producto, normalmente una aplicación informática o software, a otro idioma y a otro mercado local, desde un punto de vista cultural y lingüístico.

Entre las distintas fuentes de las que me he nutrido para elaborar este artículo, he querido recoger un párrafo del Informe de tendencias en gestión de intangibles**, que publica anualmente Corporate Excellence, junto con Canvas Estrategias Sostenibles y el IE Business School, que resulta muy esclarecedor sobre el futuro que nos está llegando:

«Los resultados aseguran que los consumidores confían en las empresas que sienten que los entienden, es decir, respetan a aquellas empresas que consideran que también les respetan. Los resultados de esa reciprocidad son evidentes. Esa capacidad de escucha es una de las habilidades clave que deben desarrollarse desde las áreas que impulsan el compromiso. También la capacidad de persuasión, inteligencia emocional y trabajo en equipo se demandarán más que las habilidades técnicas en todas las industrias, y deberán complementarse con fuertes habilidades sociales y de colaboración. Entre las habilidades más críticas para los próximos años destacan la curiosidad, la creatividad y el pensamiento crítico».

Tuve la suerte de asistir a la presentación de este documento y mientras escuchaba la información que acabo de compartir pensé: «voy por un buen camino»: el de la comunicación y las lenguas. Porque si algo tenemos los traductores e intérpretes es precisamente curiosidad por saber, creatividad (y si no que pregunten a los traductores audiovisuales) y pensamiento crítico.

Colegas traductores, intérpretes y correctores: por mucho que nos digan, ¡no nos hemos equivocado eligiendo nuestra profesión! Solo hay que ser constantes y no dejar nunca, nunca de ver y escuchar a nuestro alrededor.

*Para más información sobre este tema, se puede visitar la web de Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership, un laboratorio de ideas sin ánimo de lucro creado para impulsar la profesionalización y gestión de los intangibles clave.

**Para más información sobre el Informe de tendencias en gestión de intangibles: