Leon Hunter

La moda de plagiar artículos de blog. Ventajas, desventajas y consideraciones éticas.

Foto para el artículo "plagio y artículos de blog"

El plagio de los artículos de blog y las dificultades para perseguirlo

El plagio

El plagio no es nada nuevo ya que existe plagio desde que existe la escritura (y puede que incluso antes ya existiera).

Algunos pensarán que – técnicamente – lo que se llama reblogging no es plagio ya que la palabra plagio se define como: “idea u obra literaria, artística o científica de un autor, que se presenta como si fuera propia”. Sin embargo, hasta cierto punto la costumbre de copiar artículos y presentarlas en un blog (que se supone que es una obra propia) es simplemente dar otro envoltorio a las ideas, obras y reflexiones de otra persona.

No hay mucha diferencia entre esta forma de copiar y, por ejemplo, poner un forro o cubierta propia a un libro y presentarlo como obra original. Podría, por ejemplo, hacerme con una copia de Harry Potter y forrarlo con la marca y la publicidad de Leon Hunter y hasta llamarlo Potter Hunter (o algo similar) y poner alguna nota abajo para indicar que no era mío el libro y lo escribió otra persona. Pero lo estaría distribuyendo yo con mi marca y sacando tajada del asunto, no obstante.

Otro ejemplo sería sacar un alimento o un producto de su envase original y hacer un rebranding, presentándolo como propio. Por ejemplo, podría sacar unos chocolates de sus envases, poner Leon Hunter por fuera y un papel bonito y venderlos como míos y en algún lugar en pequeñito poner “producidos originalmente por tal marca”, como si de una marca blanca se tratara.

La diferencia, claro está, es que la marca blanca cuenta tanto con el permiso del productor así como de una serie de acuerdos y, naturalmente, además de tener permiso, también pagan por el producto.

En cuanto al reempaquetado de contenidos ajenos (que frecuentemente es sin permiso y, desde luego, sin remuneración), por mucho que se reconozca el origen, la tapa, el envoltorio, la parte exterior y la presentación es nuestra y – además – lo usamos en beneficio propio (para parasitar – principalmente – del posicionamiento de otros) y para no hacer el esfuerzo de escribir algo propio, ya que es más fácil automatizar la copia de algo de los demás.

Existen muchos problemas adicionales de estas copias y no únicamente que nos perjudican el SEO y el posicionamiento de la web.

El principal enfoque de este artículo son los aspectos éticos y morales y no las consideraciones jurídicas que puedan existir. Pero sí que hablaré algo del copyright.

El blog: una obra en evolución constante

Uno de los principales problemas (para mí, a nivel personal) es que yo actualizo a menudo algunos contenidos. Otros, pasado un tiempo, decido borrarlos o reformarlos sustancialmente.

Al realizarse una copia en un momento X del tiempo, la copia solo refleja lo que estaba escrito en ese momento (con todos sus errores, despistes, falta de actualización, ideas que luego se comprobó que eran erróneas, etc.).

En el blog de uno mismo, siempre existe la posibilidad de rectificar y de corregir. Sin embargo, en el blog de otra persona que ha copiado el contenido, no existe acceso alguno para rectificar nada.

Tal vez una de las mayores desventajas de este tipo de plagio es que supone un «paso atrás» porque te roba una de las principales ventajas que podría tener una publicación digital frente a una impresa y es la posibilidad de modificar lo que se ha escrito.

Privación del “derecho al olvido”

Puede ser también que muchos artículos reflejen una controversia o problema propio de un momento determinado en el tiempo. Puede que en un momento dado me diera por hacer artículos sobre el bullying, porque lo estaba sufriendo, y que – posteriormente y pasada la polémica, prefiera borrar esas opiniones porque – vistas con perspectiva histórica – resultan un tanto estridentes. Pero si han hecho copias, no me puedo retractar ni borrar nada, porque va a seguir estando tal cual en la copia. Es decir, que la copia también te priva de un derecho personal como es el “derecho al olvido”… Puede ser que borre un contenido en mi blog y pasadas unas semanas o meses desaparezca de las búsquedas. Pero, si otra persona lo ha copiado, resulta que sale en primera posición en Google (u otro motor de búsqueda) y no es posible borrarlo.

No es mi caso ahora mismo, pero es potencialmente un caso que podría ocurrir y que, incluso, podría dar lugar a demandas futuras.

El contexto en el que se muestra

Puede que el contexto en el que se muestra no sea el adecuado para nuestro producto o servicio. Hay grandes batiburrillos de artículos con anuncios de todo tipo, incluso para adultos o inapropiados. Seguramente no nos apetezca que nuestro contenido aparezca en ese tipo de granjas de contenido únicamente para conseguir visitas y clics en anuncios.

Por otro lado, puede ser también que la filosofía, la forma de hacer marketing, los valores (o la falta de ellos) de la empresa que copia las publicaciones no esté en consonancia con la nuestra.

Esto es un caso frecuente porque, empezando porque copian contenido, es muy probable que el tipo de empresa se haya creado exclusivamente para ganar dinero o para explotar a cualquier costa, con un nivel ínfimo de moralidad y unas prácticas o bien ilegales o bien inmorales o, como mínimo, que rozan en el límite de la legalidad.

Pinterest e Instagram

¿Y qué pasa con Pinterest e Instagram? ¿Eso no es “robar contenido”?

Una red social muy perjudicada por el tema del copyright es Pinterest. Al principio, mucha gente montamos cuentas en Pinterest, incluso de forma colaborativa con mucha más gente y pineábamos lo que sea, sin conciencia de que podría haber alguna consecuencia. Se nos decía que no suponía una infracción de copyright porque se enlazaba a la web original y se animaba a poner cuantos más pines, mejor.

Luego nos hemos encontrado con que, pasados unos años, Pinterest ha tenido que retirar muchos pines porque el contenido de Pinterest compite en las búsquedas con el contenido original y les quita tráfico.

En este caso, la ventaja es que la “culpa” no recae en el pineador (salvo que reciba muchas quejas de copyright y se le bloquee la cuenta). Las denuncias las gestiona Pinterest y quita las fotos y han tomado muchas más medidas de 2016 en adelante.

Sin embargo, por el miedo y la desconfianza en esta red mucha gente hemos dejado de usarla o la usamos menos… Porque es difícil saber si al pinear o repinear una foto luego va a llegar una queja de copyright… Incluso puede que te bloqueen la cuenta. Hay varias explicaciones de todo y pondré los enlaces más abajo (para los que quieran obtener una información más completa).

No obstante, la esencia de lo que pretendía decir es que a la red le han perjudicado esas denuncias y a los usuarios nos ha supuesto alejarnos de ella al no saber muy bien qué está permitido y qué no.

Yo sí que tengo cierto miedo a Pinterest y he dejado de participar tanto como antes. A medio plazo, solo me planteo subir mis contenidos originales e ir borrando cualquier cosa que sea conflictiva o que pueda llegar a serlo.

Contenido relacionado:

Pinterest and Copyright: How to Use Pinterest Legally

Is Pinterest a Haven for Copyright Violations?

Instagram

En el caso de Instagram al ser la mayoría de las fotos de producción propia, no parece que exista tanto problema. Una posibilidad de compartir es que las fotos que aparecen en Noticias se pueden compartir en Historias. No obstante estas fotos compartidas, además de mostrar el “@” del autor, también remiten a la noticia y se muestran solo brevemente en la historia. Por ello, no tengo constancia de ninguna denuncia de copyright por este motivo. Tal vez la clave está en el hecho de que solo supone una mención breve del contenido de otra cuenta, pero sin que exista una apropiación de ese contenido en la propia cuenta de forma permanente. Además, no detrae tráfico de las cuentas originales (si acaso lo aumenta si alguien hace clic y visita esa cuenta desde la tuya).

Marco legal (estadounidense)

Muchas veces los servidores, los “hosting”, etc. de una página web se encuentran en los Estados Unidos y, por ello, aunque vivamos en España y la web también sea de una empresa española, podemos ejercer acciones a través de la DMCA. Por ejemplo, la acción de “takedown”. Como su nombre indica, supone la retirada del contenido copiado y, por un módico precio, realizan esta acción internamente entre la agencia contratada para hacerlo y el hosting de la web. Posteriormente la agencia te comunica que se han retirado los contenidos copiados.

En otros casos (webs alojadas en otros países) puede ser más difícil la retirada, pero aún así la agencia puede intentarlo (mandándoles un email).

También lo podemos intentar nosotros mismos pero pienso que mucha gente preferirá hacerlo vía agencia para no entrar en discusiones y polémicas con la empresa.

Si eres una persona paciente, lo puedes intentar tú mismo/a, pero si puedes perder los nervios por la respuesta que recibas, no te lo recomiendo. Yo sí que puedo perder los nervios con facilidad y por eso, prefiero que me lo lleve una agencia y así no me arriesgo a “sacar los pies del tiesto” y entrar en alguna controversia que no me aporte más que disgustos.

Sistemas para comprobar el plagio

Uno de los más conocidos es Copyscape, aunque existen otros más.

Un sistema – que no es ni siquiera sistema – es simplemente monitorizar los resultados de búsqueda. A veces incluso por casualidad al buscar un contenido determinado de nuestro blog en Internet, aparece en los resultados un artículo copiado.

La noticia de que están copiando también nos puede llegar a través de las redes sociales. En ese caso, mi opinión es que es mejor no decir nada en absoluto en la red social. Desde luego, lo que no hay que hacer en ningún caso es compartirlo para no reforzarles en la acción copiadora y que no consigan publicidad adicional.

Otra forma de saber que están copiando son los pingbacks (si llegan) de la página en la que han copiado. Los pingbacks pueden ser totalmente legítimos porque puede ser, por ejemplo, una mención en otro artículo o – incluso – una cita de un artículo, que (si no es abusivo) no se puede calificar de copia. Otra cosa es que copien el artículo entero. Pienso que lo que no hay que hacer es publicar el pingback para no darles más enlaces y más publicidad ni autorizar el comportamiento y hacer un seguimiento para ver qué acción tomamos…

Otras acciones posibles contra el plagio

Reformar los contenidos

A veces he probado otras cosas (que no son denunciar) cuando han copiado.

Puede ser un aliciente para reformar completamente de arriba-abajo un artículo. Así, el nuestro (el original) será más completo que el copiado y, posteriormente, se puede hacer también una verificación (vía Copyscape) para ver que no coinciden las palabras y hacer algunos ajustes (cambiar los títulos), las palabras utilizadas, etc. para que no aparezca como copiado o aparezca lo menos copiado posible.

Por ejemplo, puede ser que en un escaneo de Copyscape (al principio) diera un resultado de 1.200 palabras idénticas y que, tras una revisión y reforma sustancial, se quede en 300 palabras copiadas.

Borrar el contenido

También es una posibilidad. A veces he publicado artículos de colaboradores y luego han decidido publicarlos en otro sitio. En ese caso, he pasado el escaneo y si parecía que había artículo copiado, he optado por borrar el mío. La persona colaboradora sabrá lo que hace y en qué web le interesa más figurar. Si elige estar en otra y no en la mía, para que no exista conflicto de contenidos copiados, lo mejor es borrarlo.

Poner otro contenido de la misma temática pero distinto…

También es una variante de lo anterior. Si el artículo trataba de “sellos en traducción jurada” y han decidido republicarlo en otro sitio, lo que puedo hacer yo es escribir mi propio artículo (sin cambiar el título ni el enlace) y cambiar todos los datos del autor y el contenido y así no hay nada copiado…

Razones de peso para escribir artículos propios

Lógicamente hay muchos motivos para escribir artículos propios y no copiarlos y es un tema que voy a tratar en una segunda entrada.