Leon Hunter

¿Qué es un alumno interno?

Alumno Interno

Vida académica

Cuando se llega a la Universidad, muchos tienen la idea de estudiar un grado de cuatro años o un poco más, y graduarse. Al llegar el día glorioso de la graduación, el siguiente reto es conseguir un trabajo. Hay profesiones más prácticas como la de un administrador o un traductor, con la cual pueden empezar a trabajar al finalizar la Universidad. Otros, ya sea por preferencia personal o porque sus grados lo requieren, como sucede con los médicos y el MIR, siguen estudiando antes de ejercer. 

Ahora, existe una salida profesional que no implica salir de la Universidad. Al contrario, es precisamente una “salida” a la propia Universidad. Este es el caso de los académicos, investigadores y profesores universitarios. Muchas de las personas que se entregan a la vida académica, cuentan con un doctorado. Sin embargo, el acceso a este no es sencillo. Se requiere un grado y un máster, mucho esfuerzo, dinero suficiente para costearlo y ser admitido en algún programa o Universidad. Evidentemente, cada quien tiene un camino distinto hacia el doctorado, sin embargo, un paso en común es el de haber sido alumno interno. 

¿Qué hace el alumno interno?

La figura del alumno interno es la de aquel que interesado por la vida académica, pero sin poder acceder a ella todavía, se convierte en colaborador de una facultad, cátedra, departamento o profesor concreto que le interese. 

Las tareas del alumno interno varían muchísimo en función de la institución en la que se encuentra, el profesor con el que colabore y los propios intereses del alumno. Algunas tareas posibles son la revisión de artículos o textos del profesor antes de su publicación, colaboración en proyectos, organización de charlas y congresos, traducciones, etc.

En mi caso, soy alumna interna del departamento de Filosofía de mi Universidad. Concretamente, soy alumna interna del profesor Jaime Nubiola. Con él he desarrollado múltiples tareas suyas y mías. Además, he tenido la suerte de encontrar en él no solo un profesor, sino un mentor. Si bien esto no viene incluido en el “paquete alumno interno”, sé que hay muchos casos más del estilo del mío, en el cual el profesor da la milla extra y se preocupa genuinamente por orientar al alumno de cara a su futuro profesional y personal.

Ventajas

Al ser alumno interno, no solo se encuentra tareas. Se trata más bien de una ventana u oportunidad que se abre. Está claro que la principal ventaja es ese acceso temprano al “mundillo” académico. Saber cómo funcionan las publicaciones científicas, los congresos, las investigaciones e incluso las relaciones laborales en este ámbito. Si bien quien desee trabajar en una Universidad como académico lo experimentará a su tiempo, la experiencia nunca viene mal.

En algunas instituciones, al ser alumno interno al alumno se le accede también acceso a áreas  restringidas de la biblioteca y a servicios como impresiones gratuitas.

Claramente, es una de esas oportunidades en las cuales el contenido de la misma varía en función de cuanto trabaje y desee aprender el alumno en cuestión. Si el alumno no pone de su parte para aprovechar las herramientas y oportunidades que trae consigo el puesto, da igual las facilidades que vengan consigo, el alumno no aprenderá.

¿Cómo ser alumno interno?

Cada Universidad lo gestiona de modo distinto, pero en general consiste en un mutuo acuerdo entre un alumno y un profesor en concreto, que posteriormente se formaliza de cara a la institución con algún formulario o papeleta de inscripción. 

También, en muchos lugares el alumno interno debe ir a sesiones de formación exclusivas como parte del programa de la Universidad. Por ejemplo, acerca de cómo acceder a un doctorado. 

 

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