Leon Hunter

¿Qué significa pensar según los filósofos?

¿Qué significa pensar según los filósofos?

¿Qué significa pensar?

Para llegar a aquello que quiere decir pensar, se necesita, por nuestra parte, pensar. Buscar la esencia misma del acto de pensar nos deja con la dicotomía irresoluble de su esencia. Y es que pensar es causa y efecto al mismo tiempo del acto propio de pensar. Por ende, si queremos aprender qué significa el acto de pensar, debemos admitir primeramente que somos en potencia capaces de llevarlo a cabo. El hombre, como ser racional, posee la cualidad de pensar.

Una capacidad netamente humana

Paradójicamente, el hombre posee la capacidad de pensar en cuanto tiene la posibilidad de ello. Ahora bien, dicha posibilidad no nos garantiza que seamos capaces de tal acto. ¿Acaso se puede pensar en blanco? ¿Existen pensamientos vacíos? El pensar ha sido y será siempre uno de los temas más exigentes en la historia de la filosofía. El presente artículo pretende dar pequeñas pinceladas a todo lo que se surge de este bello y armonioso proceso.

El pensamiento según Platón

En Platón, el pensamiento es una actividad del intelecto donde se suceden todas las formas platónicas y sus interrelaciones. Las formas están estrechamente relacionadas con los particulares (los objetos y sus propiedades), donde cada particular cumple esencialmente la función de una copia de su forma. Por ejemplo, el color violeta percibido o pensado sería una copia de la forma ideal violeta. Platón entiende esta actividad como una conversación interna en la que el alma habla consigo misma: “El acto de pensar no es sino un diálogo que el alma sostiene consigo misma, interrogando y respondiendo, afirmando y negando.”

El pensamiento según Aristóteles

Aristóteles, como no, rechaza la concepción de su maestro, dándole un giro conceptual completamente radical. Concediendo mucho más protagonismo a la razón. Para que se suceda el acto de pensar, se deberá dar un encuentro entre el intelecto y la esencia del objeto pensado. De este modo, al pensar en una silla, el intelecto instancia la esencia de la silla.

El pensamiento según Kant

En Kant, en cambio, partimos de la caracterización tradicional del pensar como representar cuando al acto fundamental del pensar, el juicio, lo determina como la representación de una representación del objeto. Si, por ejemplo, emitimos el juicio “Laura es muy buena artista», entonces, en el juicio, la representación del objeto, es decir Laura, se representa a su vez, a saber, como artista. El rasgo fundamental del pensar es el representar. En el representar se despliega el percibir.

La concepción de Heidegger

Para Martin Heidegger, el pensar siempre se sucede como un aprendizaje, pues el acto mismo de pensar estará siempre encaminado a pensar. El hombre aprende en la medida en que su hacer y dejar de hacer los hace corresponder con aquello que, en cada momento, le es exhortado en lo esencial. A pensar aprendemos cuando atendemos a aquello que da que pensar.

Las delimitaciones de Heidegger son las que abordan una postura mucho más profunda y metafísica que sus anteriores pensadores. No es para menos, puesto que existe una obra suya titulada ¿Qué significa pensar? que recoge distintas conferencias que dio el filósofo en vida. Y es que, el acto de pensar se alcanza en el instante en el que nosotros mismos razonamos. Por ello, debemos admitir que no sabemos pensar y, del mismo modo, debemos estar dispuestos a aprender a pensar. Nuestra única verdad será, pues, aquello que nos mantiene en la esencia. Y este mantener en la esencia nos mantiene en nuestra esencia en tanto nosotros mantenemos lo que nos mantiene.

¿En qué pensamos?

Sin embargo, vaciado de toda esencia nuestro pensamiento, ¿en qué pensamos? En todo lo que nos mantiene en la medida en que ha de ser pensado. De ese modo seremos capaces de pensar.

El concepto de lo grave

Solamente si tendemos a aquello que es en sí lo que ha de ser pensado, seremos capaces de pensar. Y para ser capaces de pensar, es menester y necesario que seamos capaces de pensar. Llegados a este punto, Heidegger hace varias contextualizaciones. Distinguiendo así un término: lo grave. Entendemos por lo grave aquello que es de por sí lo que ha de ser pensado. Todo lo grave da que pensar y, a su vez, pese a que suene redundante, todo lo grave es de por sí aquello que ha de ser pensado.

La búsqueda del pensamiento: donde conocemos y nos conocemos

Podemos estar de acuerdo con la postura platónica, la aristotélica, la kantiana o con el mismísimo Heidegger, o del mismo modo, somos libres de estar en contra de todas ellas y creer en la propia nuestra. Pero, la realidad del bello acto de pensar y de todos los procesos que surgen en su esencia, carece de interpretación objetiva y esclarecedora. Cuando pensamos, una parte de nuestro ser más íntimo conecta con el mundo, en busca de alguna conclusión, alguna verdad o un simple conocimiento. Y es en esa búsqueda donde conocemos y nos conocemos. Donde interpretamos los fenómenos del mundo. Y detrás de todo ese proceso se encuentra el individuo, tú mismo, buscando un hueco más en la historia del pensamiento humano.

 

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