Leon Hunter

Traductores «empleables»: consejos para redactar CVs y formarse para trabajar

Traductores "empleables": consejos para redactar CVs y formarse para trabajar

Traductores "empleables": consejos para redactar CVs y formarse para trabajar

Recientemente he estado metido de lleno en un proceso de selección de personal en plantilla para encontrar unos ayudantes para Leon Hunter, S.L. (que ya están trabajando a pleno rendimiento y aprendiendo muchísimo).

Este post trata, por tanto, sobre mi experiencia seleccionando traductores en plantilla y los consejos no son aplicables a CVs para traductores freelance.

En este caso buscaba personas jóvenes, tituladas nuevas, con ganas de trabajar y formarse como traductor/a jurado/a. He visto unos buenísimos CV y hasta cierto punto es deprimente que en España haya tanta gente cualificada sin trabajo…

PERO tengo que criticar algunos de los currículos recibidos porque me parece que los que los envían no saben que no solo hay que tener una buena formación sino que también hay que aparentar tenerla y saber vender.

Los americanos

Siempre criticamos a los americanos o estadounidenses en Europa. Sin embargo, hay que reconocer algunas cosas:

– Que gracias a pruebas como las SAT, el GRE, el GMAT nadie sale con un máster sin saber leer y escribir, sumar y restar;

– Que saben hablar en público;

– Que saben venderse.

Hay mucho que aprender de ellos. Por tanto, recomendaría a todos darse una vuelta por los libros de «self help» de cualquier librería online americana y comprarse unos cuantos libros tipo: «How to write an impressive CV and get the job!» (me he inventado el título, pero seguro que existe). Además, te los puedes comprar de segunda mano y te costarán 2 dólares o incluso centavos de dólar (que, al cambio, no es nada). Y para los que tengan una Kindle, eBook o similar, pueden obtener la gratificación inmediata de descargarlos sin esperar a que lleguen por correo.

Cuando yo buscaba trabajo, ya hice acopio de libros por el estilo y seguí algunos consejos.

Biba llo i mys faltas de hortografía

Tal vez esto sea lo más importante en un currículo de traductor. De nada sirve tener 20 másteres cuando luego en el currículo está lleno de errores, erratas y faltas.

Ejemplos:

«Atender las necesidades del cliente y solucionar los problemas q se puedan ocasionar en el establecimiento.»

«He estudiado inglés un año en Wensmister Collage (Londres, Reino Unido).»

«Praticipación como intérprete en […]»

«Participando en el prorama de “Auxiliar de Conversación” » (las comillas de auxiliar de conversación no son mías).

La maquetación del currículo

Creo que no hace falta presentar una maravilla (aunque hay gente que lo hace) pero lo que no se puede hacer es presentar un CV mal maquetado con las sangrías, tipos de letra y tabulaciones todas mal.

Por ejemplo:

Idiomas:

-Francés

– Inglés

–         Alemán

-Polaco

–         Neerlandés

–               Swahili

Aunque parezca mentira, hay mucha gente que presenta así maquetados los CV y búscate la vida para entender lo que pone. Además, pegan una palabra a un número, así:

Experiencia:

Febrero de 2011 a Marzo de 2011Coordinadora del proyecto XX de XX.

Marzo 2011 abril de 2011       [….]                          Prácticas en la Agencia XXX.

Y bailan también las mayúsculas y minúsculas en los meses, en los nombres, en los idiomas, etc. A veces han estudiado «de … a», otras veces «desde … hasta» y otras veces es un guión o una raya o la alternancia de guiones y rayas. A veces la letra está a tipo 11 y en el renglón siguiente pasa a 8 sin motivo aparente y luego otra vez a 11 o a 14.

Ejemplos:

Mayo a junio de 2011. Supervisora de compras en una importante cadena de supermercados.

Junio de 2011 hasta la fecha.        Prácticas de intérprete jurado en tal agencia.
Formación complementaria:

Curso de Guía Turístico en la Academia Gran Vía de Badalona.

Curso de Microsoft Word – Avanzado

Puntuación

Unas veces hay puntos detrás de las frases y otras no. En las enumeraciones hay puntos unas veces sí y otras no. Hay frases huérfanas sin punto cuando todo el resto llevan punto. Los títulos a veces llevan punto, a veces dos puntos y a veces nada, según les dé ese día. Las comas suelen brillar por su ausencia y no salir en los lugares adecuados. No parece que se siga ninguna regla en concreto. Diría que nadie puntúa bien en ninguno los CV que he visto hasta ahora y que ningún licenciado sabe como puntuar una enumeración. No he visto que nadie ponga punto y coma y luego un punto al final, así:

– Inglés;

– Francés;

– Finlandés.

Hay mucha incoherencia, en el sentido en que la misma persona utiliza distintas convenciones en el mismo CV y unas veces pone todo seguido de punto, otras nada, etc.

Explicaciones innecesarias

Diría que sobran explicaciones como:

– Usuaria de TRADOS (es un programa que utilizan los traductores para ir un poco más rápido);

– Curso de TRADOS (un programa de traducción);

– Curso de interpretación (traducción hablada).

Si estás mandando un CV a una empresa de traducción ya sabemos lo que es Trados y sabemos también lo que es la interpretación.

Listas y listas de trabajos poco relevantes:

De junio de 2008 a julio de 2008. Rotador de pizzas en Pizza Hut;

De junio de 2009 a agosto de 2009. Cajero del McDonald’s;

De septiembre de 2009 a febrero de 2009. Cajera en el Supermercado Día;

De abril de 2009 a marzo de 2009. Dependiente en Zara;

De mayo de 2009 a junio de 2010. Recepcionista en la Clínica Veterinaria de mi pueblo;

De junio de 2010 a julio de 2010. Vendedor de billetes de Renfe;

De julio de 2010 a septiembre de 2010. Camarera en el restaurante Buerguer (mal escrito) King.

Al final estos CV no te dicen nada y dan mala impresión de la persona que cambia de trabajo cada mes y ha tenido un conjunto de malos trabajos. Y uno se pregunta si es por algo en concreto.

Foto guarripei

No lo iba a decir para que no me pase lo que le pasó a aquel seleccionador de Sánchez Romero que hizo unos comentarios demasiado sinceros en unos CV que aparecieron en la basura (los que no se acuerden o sean muy pequeños, que lean esta noticia de El País) pero creo que hay que decirlo: no mandes una foto guarripei en un currículo. Hay que lavarse el pelo y peinarse antes de la foto y no salir como Bob Geldof en un mal día.

También hay gente que no pone foto: también me parece un error porque parece que ocultas algo o que tienes falta de confianza en ti mismo y te ves muy feo/a.

Me ha causado muy buena impresión un currículo en el que la foto aparecía a la izquierda en vez de a la derecha (suele ponerse en la esquina superior derecha) y me parece que la mejor posición para la foto es la esquina superior izquierda porque es el lugar donde primero acude la vista. De hecho en el mundo de internet esto ya se sabe hace tiempo y por ello la parte más importante de una página siempre está en la parte izquierda del centro hacia arriba. Es lo primero que miran todos y la primera impresión la construyen a partir de allí.

Los currículos con formato europeo (Europass CV)

Recomendaría a todos este formato si no están familiarizados con la redacción de currículos. Aunque lleva un tiempo acostumbrase a leerlos, el formato es mucho más claro y cómodo para el seleccionador. Además, como ventajas importantes presenta la oportunidad de incluir información sobre habilidades personales «soy ordenada, puntual y buena gestora» o sobre características de la persona. Por otro lado, con este currículo se «tapan» mejor los huecos en los CV ya que revela menos los periodos en los que no se ha hecho gran cosa.

Como única crítica a este formato está la distinta interpretación que puedan dar a los apartados los candidatos y cuando un candidato dice:

Actualmente     Licenciado en Traducción e Interpretación

No se sabe si actualmente estudian Traducción e Interpretación o si ya son licenciados y poseen este título «actualmente». La interpretación más obvia es la primera pero, sin embargo, no todos lo entienden así, como he podido comprobar. En definitiva, estos currículos pueden dar lugar a interpretaciones erróneas y hay que leer muy bien las instrucciones, seguir los apartados intuitivamente y ponerse en la piel del lector, que no sabe si «actualmente» equivale a «estudiando» o no.

Lo que falta en los currículos

A la hora de elegir a un traductor, el seleccionador está buscando la respuesta a la pregunta: ¿Sabe traducir? ¿Es productivo o podrá serlo en el futuro?

Falta mucha información sobre los conocimientos informáticos, los conocimientos lingüísticos y habilidades concretas para la traducción, como una estimación del número de palabras que pueden traducir por día.

Competencias o habilidades básicas

Recientemente envié una crítica a una encuesta del programa Optimale (un exclusivo grupo europeo de universidades de formación de élite en traducción) sobre las habilidades que esperan los empresarios de los graduados en traducción. Dije que faltaba información sobre «basic skills» (habilidades básicas): el manejo del paquete office, el manejo de los idiomas origen y destino, la velocidad de mecanografiado, etc. Y el motivo de esta crítica es que los licenciados y titulados de másteres españoles (en mi opinión) no tienen pleno dominio de estas «basic skills».

Respuesta del coordinador del Programa Optimale

Tuvieron la amabilidad de contestarme y lo que me dijo Daniel Toudic, Coordinador del Programa Optimale y Director del Centro de Formación de Traductores de la Universidad de Rennes II, fue lo siguiente:

«We deliberately excluded the basic skills that you mention (spelling, native language competence, basic IT skills, etc.) as these were taken as a given.«

Es decir que se da por hecho que los candidatos tienen esta formación pero lo que no tengo claro es dónde la adquieren (si es parte del programa de estudios o sólo la pueden adquirir acudiendo a cursos de academias en las que se les enseñe ofimática, mecanografía, etc.).

Añade el señor Daniel Toudic:

«I can assure you that those who graduate with a Master’s degree in professional translation from my own university (and from the dozen or so other French universities with bona fide translator training programmes) are all expected to possess:

a) a perfect mastery of their native language (French in most cases);

b) advanced competence in English and at least one other non-native language;

c) the ability to translate specialised source texts from English into French at a speed of at least 1,500 to 2,000 words per day, to professional quality standards, and;

d) to be proficient in the use of standard office software and standard CAT tools (translation memory systems, terminology management tools, etc.).«

Además, añade, que: «The fact that 95% of them then go on to work in the translation industry seems to indicate that they are meeting employer expectations.«

Estoy de acuerdo y a lo mejor lo que se tendrían que plantear CES Felipe II, la Universidad Alfonso X el Sabio, la Universidad de Alicante y otras (si cito estas es porque los CV que he visto eran de alumnos de estas universidades) es por qué no forman parte de este grupo Optimale y por qué sus licenciados y titulados en traducción no tienen estas habilidades básicas al licenciarse o titularse. Y puede que ese sea precisamente el motivo por el que es muy difícil y costoso contratar a un licenciado de estas universidades (entre otras). Porque al salir al mercado tienen un nivel de inglés (auto confesado) de C1 o B2 (cuando deberían tener un nivel C2), porque es evidente que no manejan Word por cómo está redactado y maquetado el CV, porque tienen faltas de ortografía en los currículos y porque al empezar las prácticas tienen una producción (en palabras) muy inferior a la que se espera «en Europa» (según lo que nos cuenta el director de Optimale eran 1,500 a 2,000 palabras por día: un ratio aceptable para un nuevo traductor). Sin embargo, de un licenciado de CES Felipe II, Alicante, Alfonso X… ¿Podemos esperar ese número de palabras? Yo diría que no: que por lo que veo puede ser cualquier cifra desde 200 o 300 hasta 1.000 pero no 1.500 ni 2.000, al menos no al principio. Y la razón es que (y que me corrijan si me equivoco) en ninguna clase de «traducción académica» se enseña velocidad ni se trabaja con plazos en los que sea necesaria una velocidad de 1,500 a 2,000 palabras por día. Por tanto, es lógico y esperable que un alumno que no ha recibido ninguna formación en velocidad no va a tener esa velocidad al acabar la carrera de manera espontánea.

En definitiva, muchos licenciados en traducción no tienen las habilidades básicas para poder trabajar, no son productivos y – paradójicamente – exigen también unos sueldos altísimos (de 1.800 euros sin ninguna experiencia ni prácticas profesionales, etc.) y por eso son inempleables y nadie los contrata.

Máster en productividad

No en vano, en la UAX se ha creado un «máster en productividad en traducción» entre cuyo profesorado se encuentra el ex-Presidente de la Asociación de Empresas de Traducción (ACT) Juan José Arevalillo, suponemos que para formar a personas que sí puedan tener la productividad necesaria para trabajar (ya que los licenciados aparentemente no la tienen).

Sin embargo, al autor de este blog le parece una barbaridad y una prueba de lo mal que están las cosas que se tenga que crear un «máster en productividad» para formar a licenciados empleables cuando bastaría con que en la propia carrera se impartieran los contenidos básicos para trabajar.

Fábricas de parados

Diría por todo lo expuesto (y ya para terminar porque me he alargado bastante) que volvemos al tópico de las «fábricas de parados» y esto es por una razón muy sencilla (no es nada dificilísimo ni complicadísimo) – no es rentable contratar a estos titulados porque:

– No saben (suficiente) inglés;

– No saben Word;

– No saben Trados;

– Redactan mal en español y tienen faltas.

Y encima piden un pedazo sueldo… Lo básico es que se resuelva ese problema en origen (en la Universidad) y, entonces, las empresas podrán contratar licenciados en traducción de forma rentable y a lo mejor así llegaremos a las cifras que citaba el Sr. Toudic de «95% de contratados«. De otro modo lo veo imposible y seguiremos viendo altas cifras de parados entre los recién titulados y una clara preferencia de las empresas por los traductores autónomos.

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