Leon Hunter

Marketing para traductores: tarifas para clientes directos y particulares

Marketing para traductores

Marketing para traductores

Recientemente he estado mirando una página de una traductora y una cosa me ha sorprendido y es que hay un abismo entre cómo los traductores presentan la información sobre precios y cómo los clientes quisieran ver esa información sobre precios.

Lo que dicen los traductores:

En casi todas las páginas de traductores al hacer clic sobre la sección de presupuestos nos encontramos con algo así:

TRADUCTOR 1:

«El precio de las traducciones juradas depende de muchas circunstancias, entre los que se encuentran:

  • El número de palabras
  • El nivel de dificultad del texto
  • El formato del texto
  • La urgencia o el plazo del texto.»

CASO 2:

En la página de otra traductora, dice lo siguiente:

«Las tarifas de traducción se establecen por palabras en función de:

  • Grado de especialización del texto: Cuanto más general sea el texto, menor será el coste.
  • Volumen del pedido: Se aplica un descuento con volúmenes grandes.
  • Plazo de entrega: Los pedidos con carácter urgente tendrán un coste adicional.»

Lo que quieren saber los clientes:

Cuando me escriben los clientes utilizando el formulario de contacto, lo que dicen es:

«Tengo un certificado de nacimiento y me gustaría conocer el presupuesto total

Los clientes no saben de (ni preguntan tampoco acerca de):

Niveles de dificultad del texto, no saben si el texto es difícil o fácil;

De plazos (¿un cliente sabe si un plazo es urgente o no? ¿sabe cuánto traducimos por día si no se lo hemos dicho en ningún sitio?)

De formatos (¿un cliente sabe si un formato es difícil o no? ¿sabe qué programas utilizamos o no para traducir y los problemas de formato que puede ocasionar el uso de tales programas?)

De volúmenes (¿sabe el cliente cuántas palabras traduce de media un traductor?)

Hay pocas página donde se dé alguna información sobre esto y parece que la información contenida en las páginas de traductores va dirigida a compradores expertos, que serían personas de departamentos de traducción, de agencias de traducción, otros traductores… Son compradores que tienen un conocimiento del mercado y de la labor de los traductores para los que tiene sentido esa información.

Me he encontrado – incluso – con páginas web de traductores donde van más lejos y añaden listas y listas de «depende des«. Incluso se niegan a dar una aproximación y dicen «cobro por palabra final pero la verdad es que ni idea de cuántas te van a salir, ya veremos«.

Estas estrategias de venta bien pueden valer para el consumidor especializado (que sabrá más o menos las palabras finales que pueden salir) pero no son en absoluto válidas para el cliente directo de empresa o para los clientes particulares. De hecho, lo más seguro es que los directos y particulares huyan de las páginas llenas de «depende des» y «ya veremos» porque no les inspira nada de confianza. Pero nada, nada.

Un consejo de marketing para traductores: imagínate que eres un consumidor

Imagínate que eres un consumidor… Voy a poner dos ejemplos no relacionados con la traducción.

CASO 1.

Pasas por delante de un escaparate y ves unos vestidos preciosos. No viene ningún precio en la prenda, ni hay etiquetas en ninguna de las que se venden en la tienda.

Si eres como yo, ni entrarías en la tienda… Yo nunca entro en tiendas de ropa cuando no vienen los precios.

Imagínate que sí, que decides entrar a pesar de todo. Preguntas – con algo de corte – a la dependienta: «Oiga, por favor… ¿Me podría decir cuánto vale el vestido rojo y verde del escaparate?» Te encuentras con una vendedora altiva, de las que casi se ofenden cuando les preguntas el precio… Te dice que está hecha a mano, que lleva tal material y tal otro, que son muchas horas, que depende de esto y depende de lo otro y que no sabe a ciencia cierta cuánto puede costar… Que tiene que consultar y hacer sus cálculos, pero que te lo pruebes y que le dejes una señal para comprarlo (sin saber lo que va a costar) porque «si no, se lo llevan en seguida».

«¿Pero no me puede dar ni una estimación aproximada?» – preguntas tú. No estás segura del dinero que vas a tener que llevar, si vas a poder permitírtelo si quiera.

«Uff, pues ni idea, depende de muchas cosas. Pueden ser 200 euros, 500 euros o 1.500… Depende,» te responde la dependienta con muy poca paciencia y mirándote como si fueras una estúpida y una mindundi.

Finalmente, te vas y no te decides a comprar nada (y sería muy difícil que te hubieras decidido a comprar algo).

CASO 2.

Llamas a un obrero para reformar tu cocina, para que te dé un presupuesto aproximado. Viene a tu casa y echa un vistazo pero se niega a darte una cantidad fija y se anda por las ramas. Te cuenta un montón de anécdotas sobre cosas horrendas que han pasado en otras casas en las que ha trabajado. «Uff, pues una vez se nos cayó la pared, la tuvimos que reconstruir entera y al final le costó 20.000 euros al tío. Porque nunca sabes lo que te va a costar una obra…»

Finalmente decides que tus muebles de cocina no están tan mal y que los azulejos pueden aguantar algún año más sin reformar.

¿Qué quieren los clientes?

Lógicamente los clientes quieren datos exactos y precisos cuando van a comprar. Seguramente les gustaría una tienda con productos, cada una con su precio, que se puedan añadir a la cesta de la compra. Igual no es posible (¿o sí?) en traducción pero sí que podemos «hacer memoria» de una serie de encargos y dar unos precios estimativos a modo de ejemplo:

CERTIFICADO DE NACIMIENTO (REINO UNIDO) – 50 EUROS

CERTIFICADO DE NOTAS (UCM – UNIV. COMPLUTENSE DE MADRID – 4 HOJAS) – 140 EUROS

CERTIFICADO DE NOTAS (UCM – 6 HOJAS) – 210 EUROS

Lo anterior solo en el caso de que trabajemos a menudo con documentos muy similares (y es el caso de la traducción jurada). Me parece positivo también dar la mayor información posible sobre tarifas (por palabra, por página, por encargo global):

Certificado de notas (4 páginas). Palabra: €0,10 Página: €35 Todo: €140

Luego podemos desglosar los costes de envío (si hubiera) y otros conceptos opcionales que se cobren:

Envío en teritorio nacional – mensajería: + €10

Europa: + €25

Copias: +€50 por copia

Recargo por urgencia: +25%

Legalización en el MAEC: +€20 por documento

Compulsa de los originales en notaría: +€15 por documento, por la gestión y los gastos del Notario

Si trabajamos mucho con un tipo de documento concreto, se podría decir.

Traducción de contratos: €0,09 por palabra (traducción simple). Número medio de palabras por hoja (en Word): 400 palabras. Precio por un contrato de 10 hojas:  €360 euros.

Lógicamente hay que aclarar que salvo que coincida exactamente lo que el cliente tiene con lo que nosotros describimos no van a ser los mismos precios. Puede ser un poquito más o un poquito menos. Sin embargo, en traducción jurada donde se traducen unos formatos muy estándar, sabemos muy bien los recuentos que vamos a tener (iniciales y finales). Yo, por ejemplo, sé a ciencia cierta que un título de licenciado español me va a dar seguro segurísimo entre 300 y 400 palabras en inglés, no más. De modo que si me pide presupuesto para un título solo sé que es la tarifa mínima. Si son dos títulos: son entre 700 y 800 palabras multiplicado por la tarifa por palabra de la jurada.

En resumen:

– Los traductores son muy poco específicos en cuanto a tarifas y precios.

– Sus webs se dirigen a compradores especializados que «saben de traducción» y no al público en general, por eso apenas venden nada a clientes directos y particulares: su marketing no es efectivo para este sector.

– Los clientes particulares y empresas siempre quieren saber cuánto les va a costar (ejemplos concretos) incluso antes de pedir un presupuesto por mail y si pueden resolver todo con un par de clics, mejor que mejor.

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