Leon Hunter

Los idiomas de  J.R.R Tolkien

Ya lo decía Aristóteles en su Poética, parte de los requisitos para que una obra sea de calidad, es muy importante la verosimilitud. Cada autor consigue la verosimilitud de distintos modos, pero en cuanto al lenguaje, pocos autores lo han llevado tan lejos como Tolkien.

Conociendo al autor 

Si bien es conocido como un escritor británico, John Ronald Reuel Tolkien, o J. R. R. Tolkien, nació en Sudáfrica un 3 de enero de 1892, concretamente en Bloemfontein. Nació en una familia que se tuvo que trasladar a distintos sitios, pasando de Sudáfrica a Birmingham, y de allí a Sarehole. Ya desde pequeño se le notaba una facilidad asombrosa para los idiomas, razón por la cual su madre se dedicó a enseñarle latín. A los cuatro años ya hablaba y leía latín de modo fluido. Sin embargo, esta fue solo una de las lenguas que dominó a lo largo de su vida. Los idiomas que Tolkien aprendió son: griego, francés, galés, ingles antiguo, gótico, finlandés, islandés, noruego antiguo y alemán antiguo. 

Después de haberse formado en la prestigiosa Universidad de Oxford en la carrera de Literatura y Lengua Inglesa, se alistó en el ejército para servir a su país durante la Gran Guerra. En esta etapa de su vida, no es sorpresa que sufrió muchísimo, llegando a impactar su vida por el resto de sus días. Tras enfermarse de la fiebre de las trincheras, fue trasladado de regreso Inglaterra. Mientras se recuperaba, comenzó a escribir algunas historias y a imaginar un universo basado en la Tierra Media al cual llamó “El libro de los cuentos perdidos”.

Su obra más conocida es, por supuesto, la saga del Señor de los Anillos. Ha vendido millones de copias, y su adaptación a la pantalla grande es también una de las películas de culto de mayor popularidad. Y es precisamente para estas obras para las que Tolkien tomo sus talentos lingüísticos y los puso a trabajar para la creación de idiomas propios de la serie. Por ejemplo, el élfico. Es decir, no solo dio vida a un universo mágico y adorado por los lectores, si no que incluso llevó la tarea narrativa hasta el punto de crear idiomas con una estructura real. 

Los idiomas de J.R.R. Tolkien

No los creó de la nada, si no que tomó estructuras, sonidos y palabras de algunos de los muchos idiomas que conocía. Si bien se trata de idiomas inventados, esto no implica que carece de lógica o estructura real. Es decir, los actores no se aprendían frases y sonidos extraños, si no que verdaderamente fueron entrenados en el uso del idioma para dar una interpretación realista. 

Cabe destacar que si bien a lo largo de la trilogía se mencionan más de diez idiomas, Tolkien desarrolló bien dos, ambos idiomas de los elfos. Están tan bien desarrollados que hay cursos en los cuales se pueden aprender. Las dos variantes del idioma élfico son Qenya y Sindarin. Qenya sería como la versión culta del idioma, reservándose para los poemas, magia, cantos y demás interacciones especiales. Se basa gramaticalmente en el Finlandés. Sindarin por otro lado es el que en teoría hablarían en su día a día los elfos, en sus diálogos e interacciones cotidianas. Este idioma se supone que tiene como raíz el Qenya, y está basado principalmente en el galés. 

Un dato curioso de ambas versiones del élfico, es que su contexto tiene gran importancia. Es decir, que muchas de sus palabras pueden variar en significado dependiendo de su posición en una oración o de las demás palabras que lo acompañen. 

Sin duda, tanto la obra como el auténtico personaje y mente maestra que está detrás de todo será siempre digna de elogio. En el universo de Tolkien millones de personas han hallado un sitio donde sentirse cómodos, devolviéndole a la literatura ese valor trascendental.

 

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Fuentes

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/j-r-r-tolkien-creador-tierra-media_14586

https://www.theguardian.com/science/2003/dec/11/lordoftherings.film